La tensión estaba disparada ayer en el hemiciclo aragonés. Desde primera hora de la mañana todo eran incógnitas sobre el trámite del techo de gasto y alguna maniobra de despiste. En las intervenciones iniciales pocos grupos quisieron desvelar sus cartas adelantando cual sería el sentido de su voto. Por eso, cuando en la pantalla que detallaba el resultado del escrutinio las casillas de Podemos quedaron sin iluminarse ni en verde (a favor), ni en rojo (en contra), ni en amarillo (abstención) algunos diputados estallaron en tímidos abucheos. Pero por lo menos, en las filas socialistas respiraron aliviados. El primer trámite parlamentario para aprobar los presupuestos de este año finalmente, y por los pelos, estaba salvado.

Minutos antes, cuando en los escaños socialistas escucharon el duro discurso pronunciado en la tribuna de Podemos por su portavoz, Héctor Vicente, dieron por perdidos los esfuerzos de los últimos meses. Desde las filas moradas insistían en mantener «la emoción hasta el final». En los minutos de mayor incertidumbre la portavoz adjunta del PP, Marián Orós, dejó sobre su escaño el rotulador rojo con el que indica al resto de los diputados de su grupo la intención del voto. Todo parecía contrario a los intereses del Gobierno.

Discusión telemática

Pablo Echenique explicó con posterioridad, en los pasillos del palacio de la Aljafería, que hasta el último momento la decisión estuvo pendiente de una «discusión telemática». El debate a través de la aplicación Telegram implicó tanto a los miembros del grupo parlamentario como a los que participan en el Consejo Ciudadano. Ya en la tarde-noche del miércoles las posiciones fueron variopintas, según reveló.

Finalmente, la maniobra escenificada dejó la impresión de buscar la máxima distancia con el Ejecutivo sin llegar a poner en riesgo el propio techo de gasto, algo que negó el líder de Podemos. «No hemos votado en función de lo que han hecho los demás», aseguró.

Una vez conocido el resultado, los diputados esperaban la justificación de voto del partido morado. Estuvo hábil el diputado de Ciudadanos, Javier Martínez, al recordar lo obvio: si no se ha pulsado un botón no hay nada que explicar. Y Vicente perdió su derecho a réplica.