La situación que vive a día de hoy el ocio nocturno es preocupante y lo es sobretodo para los negocios de la ciudad de Zaragoza y de aquellas comarcas que ya tuvieron que cerrar durante la fase 2 flexibilizada. Entonces y hasta ahora, se consiguieron medidas cautelares que permitieron la apertura de estos establecimientos, pero con el nuevo decreto nacional, «la alegría ha durado muy poco en casa del pobre», señaló el vicepresidente de la asociación de ocio nocturno de Zaragoza y dueño del grupo Canterbury, Miguel Ángel Salinas. El veto a este sector pone en jaque a 3.000 familias que dependen económicamente de esta actividad.

Con el objetivo de luchar por sus intereses, la asociación se reunió ayer por la mañana con sus abogados para evaluar la preparación de «medidas cautelares o una demanda porque lo que se ha hecho en Aragón creemos que no se ha basado en nada concreto, en ningún informe sanitario», afirmó Salinas.

«La situación es dramática, no se ve ningún atisbo de rayo de luz porque nos han hecho responsables de unos brotes que no hemos provocado nosotros», expresó el vicepresidente de la asociación. El Gobierno de Aragón les «buscó» a ellos como «los máximos culpables» de la situación de incremento de positivos que se dio en Aragón y en Zaragoza. Pero ellos consideran que fueron «las explotaciones frutícolas de Lérida» y los botellones, parte de un daño colateral, los responsables de que el virus llegara de nuevo a la comunidad. «Se han cebado con el ocio nocturno», subraya Salinas, que indica que el problema radica en las reuniones en casas y los botellones, que han hecho aumentar los casos de positivos», recalcó Salinas.

Además, según informaron desde la asociación, la DGA y especialmente el presidente Javier Lambán, no quiere recibirlos como «sí han hecho con otros sectores» para exponerles los planes y ayudas de futuro que se tienen para estos negocios como las «ayudas a fondo perdido» a las que aspiran. «La administración sigue cobrando los impuestos, y estos nos están llevando a la ruina. De este negocio dependen directamente 3.000 familias», añadió Miguel Ángel Salinas.

Desde la asociación califican la gestión del Gobierno de «nefasta» y la califican con un «cero». Asimismo, el vicepresidente de la asociación expresó que el Ejecutivo autonómico podría establecer o reunir un comité para tratar todos estos asuntos con expertos y personas del sector.

Criticaron también la nula atención recibida por parte del departamento de Industria y su consejero, Arturo Aliaga, «que ni está ni se le espera». «Como no debemos de ser nada, no nos nombran para nada», lamentaron desde esta asociación zaragozana. Miguel Ángel Salinas también mencionó la «publicidad negativa» que habían recibido desde la administración autonómica y que había sido «brutal».

Aun así, el malestar no es consecuencia de la obligación de cerrar: «No estamos enfadados porque hayamos tenido que cerrar, porque fuimos los primeros en hacerlo y lo entendimos, estamos enfadados porque nos han echado la culpa», apostilló el vicepresidente de la asociación. «Llevamos más de un mes cerrados, la duración del contagio es de 14 días. El periodo de más contagios en la ciudad ha venido con nosotros cerrados, entonces, ¿cómo se entiende esto?», apostilló. Hide Club permanece cerrada desde hace un mes y sus bares están facturando un 90% menos de lo que suelen ingresar en agosto, informó Salinas.