Protegido con un pasamontañas y una bata blanca y de pie tras un biombo, con la voz distorsionada artificialmente para no ser reconocido, uno de los dos testigos protegidos del crimen de la calle Cerezo declaró ayer ante el jurado popular, en la Audiencia Provincial de Zaragoza, que vio cómo dos de las cuatro personas sentadas en el banquillo de los acusados, Jesús Gabarri y su sobrino Antonio, golpeaban a Ghana Vasagan Thuraisignahan.

La víctima de la paliza, natural de Sri Lanka, falleció once días después de los hechos, el 22 de abril del 2002, en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, a causa de un traumatismo cranoencefálico. El crimen se produjo cuando Ghana Vasagan acusó a un miembro de la familia Gabarri de haber sustraído una videoconsola de un piso de su propiedad situado justo enfrente de las viviendas de los acusados.

El testigo protegido se asomó tímidamente desde el rincón en que prestaba declaración y dijo que los dos autores del delito se hallaban sentados en el banquillo de los acusados. "Jesús Gabarri le dio una bofetada a la víctima, la tiró al suelo y Toni (Antonio, su sobrino) empezó a golpearla en el suelo, junto con otras personas". Sin embargo, el declarante manifestó que no recordaba haber visto ni al padre ni a la madre de Toni, que también están inculpados del crimen, ocurrido en torno a las 14.30 horas (como sostiene la defensa) o sobre las 16.30, como mantiene la acusación.

Las declaraciones de este testigo presencial resultarán esenciales a la hora de que el jurado popular dicte un veredicto de inocencia o culpabilidad sobre cada uno de los cuatro miembros de la familia Gabarri acusados del homicidio de Ghana Vasagan, por lo lo que el fiscal y el acusador particular Javier Notivoli les piden 14 años de cárcel.

"Yo no quería meterme en este lío, tenía miedo de que me pasara algo", reconoció el testigo protegido a preguntas de la fiscal. Sin embargo, el otro testigo presencial que debía acudir de incógnito, un menor del barrio del Gancho, donde ocurrieron los hechos, no compareció en la sala de vistas. En su lugar, sus declaraciones en la fase de instrucción fueron leídas a viva voz, ante las protestas del abogado defensor, Enrique Trebolle, que niega la agresión y sostiene que la víctima, "que iba bebida", falleció al caer al suelo.

El segundo testigo protegido manifestó ante el juez instructor que vio cómo, "sobre las cinco de la tarde, Toni, su padre, su madre y su tío", además de "otra mujer", daban "puñetazos y patadas en la cabeza a Ghana Vasagan". En la misma declaración consta que observó que dos de los agresores "llevaban palos".

El menor, que reconoció a los agresores mediante fotografías, dijo que uno de ellos cogió a la víctima de los hombros y la empujó hasta que su nuca golpeó en la pared.

M. D. L. G., viuda del fallecido, manifestó que su marido la llamó con el teléfono móvil el 11 de abril, día de los hechos, "sobre las cuatro y media de la tarde", y le comunicó que había sido agredido "por Toni, su tío y el padre". "Me han dado una paliza brutal", manifesto Ghana Vasagan a su mujer.

Sin embargo, el camarero de un bar de Cerezo declaró ante el jurado que vio "mucho revuelo" en la calle y que, al asomarse, comprobó que "era sólo una discusión verbal en la que no pasó nada grave, pues cada cual se fue por su lado". Además, el médico del hospital Provincial que atendió a la víctima a su llegada al centro subrayó que Vasagan "no presentaba ninguna lesión reciente".

Pese a los esfuerzos por garantizar el anonimato de los testigos protegidos, sus nombres e incluso su lugar de residencia salieron a relucir varias veces a lo largo del juicio.