Cuatro ciudadanos magrebís han comparecido esta mañana en la Audiencia de Zaragoza acusados de ser los presuntos autores de la brutal paliza que recibió un hombre español de 37 años que, como consecuencia de las lesiones, ha quedado discapacitado para su oficio de limpieza de cristales en altura. Los hechos ocurrieron en la madrugada del 2 de abril del 2017 en la calle Contamina del Gancho, en la capital aragonesa.

Los acusados, que se hacían llamar los moros del Gancho, se han acogido a su derecho a no declarar. Se enfrentan a entre 9 y 11 años y medio de cárcel. Fiscalía pide 9 por lesiones y la acusadora particular Marina Oms 11 y medio por considerar que además hay un delito de odio. La defensa, ejercida por Javier Elía, solicita la absolución o, alternativamente, dos años por lesiones.

“Se ensañaron a golpes y patadas con él y lo dejaron medio muerto en el suelo”, ha declarado, desde detrás de una mampara, uno de los testigos. “Uno de ellos le dio una última patada en la nuca y entonces se dieron cuenta de que estaba semimuerto y se asustaron y se echaron a correr”, ha añadido.

"Caí al suelo inconsciente"

La propia víctima ha declarado, asimismo protegida por una mampara, que la madrugada de los hechos, entre las 3.30 y las 4.00, estando de fiesta con un grupo de amigos en un bar de la calle Contamina, recibió una llamada de un conocido que le avisó que estaban pegando en el exterior a otro miembro del grupo.

“Salí y vi a tres o cuatro personas encima de Benito, dándole golpes”, ha manifestado la víctima. “Me acerqué, separé a uno de los atacantes y cuando fui a por el segundo me dieron un puñetazo en la cara y caí al suelo inconsciente”, ha agregado.

Ha identificado a Mohamed R. T. como autor del primer puñetazo, al tiempo que otros testigos han asegurado que el autor de la última patada fue Ibrahim T. Junto a ellos se hallaban Imadeddine M. y Adel M., hermanos, que han sido situados en el grupo agresor por los testigos.

Como consecuencia de la brutal paliza, sufrió, según ha declarado la víctima, L. M. A., una doble lesión medular que derivó en “muerte cerebral”. “Los médicos me dijeron, al despertar de la anestesia, que, si no me hubieran operado nada más ocurrir la agresión, habría muerto”, ha manifestado.

"Querían rematarle"

"Querían rematarle" “Se me acercaron y me dijeron si quería problemas con ellos”, ha señalado, por su parte, el joven que fue agredido en primer lugar y que solo conocía “de oídas” a sus agresores, que llevan fama de “personas conflictivas” en el barrio, si bien “nunca había tenido un encontronazo con ellos”.

“Los cuatro acusados le pegaron”, ha subrayado, al tiempo que ha indicado que Mohamed llevaba un cinturón con hebilla enrollado en una mano.

Otro testigo ha dicho que en un momento dado había diez personas golpeando a L. M. A., “como si fuera un muñeco”. Y ha recalcado que Ibrahimm, que fue a coger una valla, “quería rematarle”.

Los acusados fueron identificados primeramente en fotos de Instagram, a través de la cuenta de una chica que en aquellas fechas era novia de Mohamed.