Los 301.6 kilómetros que separan Toledo de Calatayud por la A-2 no fueron obstáculo alguno para que tres castellanomanchegos se desplazaran hasta la ciudad aragonesa para perpetrar un vuelco de marihuana, que es como se conoce en el argot delincuencial al robo de drogas. No regresaron con el botín porque fueron detenidos, al igual que otros dos jóvenes bilbilitanos que, al parecer, les contrataron y también el dueño de la sustancia estupefaciente. Es el dueño de una tienda cannábica legal situada en uno de los locales del edificio en el que estaba esta plantación indoor.

Los hechos sucedieron en torno a las 06.50 horas del pasado lunes cuando un vecino de la plaza España de Calatayud llamó a la sala del 091 porque había visto a tres personas con linternas y que uno de ellos se quedaba en el exterior en actitud vigilante. De inmediato, varias dotaciones de seguridad ciudadana acudieron, localizando en el lugar a quien posteriormente resultara ser R. M. C. de 32 años, y que al observar la presencia policial emprendió la huida por las calles adyacentes. Cuando le alcanzaron no dudó en emplear un spray de gas pimienta para evitar su arresto, pero no lo consiguió.

Por otro lado, otros dos agentes localizaron a O. K., de 24 años, quien salía del portal con una llave inglesa en la mano. Tampoco pretendía ponérselo fácil a los agentes, ya que se dirigió hacia ellos tratando de agredirles. También fue reducido. El tercero A. K, de 33 años, al ver la situación controlada, no opuso resistencia a su detención.

Los detenidos negaron haber intentado acceder por la fuerza a la vivienda, pese a portar herramienta para ello y haber llegado a fracturar la cerradura. Dijeron que habían venido desde Toledo para comprar cierta cantidad de marihuana y que incluso un bilbilitano había sido quien había ido a recogerlos hasta su localidad, trasladándolos hasta ese punto, donde al parecer se cultivaba esa sustancia estupefaciente.

El Grupo de Judicial de la Policía Nacional de Calatayud se hizo cargo de la investigación, localizando al inquilino del piso donde se hallaba la sustancia estupefaciente. Se trataba del dueño de una tienda cannábica, A. P. P., de 46 años, quien negó, inicialmente, ser el arrendador del inmueble. Tras el registro del domicilio, donde se localizaron 350 plantas de cannabis y más de seis kilos de marihuana lista para su consumo, así como útiles para su cultivo. Posteriormente detuvieron a A. L. G. y A. M. L., de 42 y 31 años, quienes habrían ido hasta la localidad de Toledo a por los que llevaron a cabo el vuelco de droga. Todos ellos quedaron en libertad provisional tras pasar a disposición judicial.