Dos aficionados al submarinismo han descendido a las profundidades del embalse de Mequinenza para fotografiar ese mundo desconocido que anida en su interior. Con el material obtenido, estos buzos de la biología han realizado un reportaje subacuático que muestra al público la vida que bulle bajo las aguas. En las imágenes pueden verse algunas de las criaturas que habitan en el pantano, entre ellas el siluro.

Jorge Sánchez y Raúl López de Ayala han conseguido unas espectaculares instantáneas del embalse de Mequinenza. La tarea no ha sido fácil ya que la visibilidad bajo el agua de los ríos es muy reducida.

HÁBITAT Y a la hora de hacer fotografías hay que tener en cuenta muchas variables relacionadas con el estado del río, como avenidas, lluvias, temperatura, algas y plancton o las partículas en suspensión.

Estos dos aficionados al submarinismo y la fotografía, conocedores de la zona, aprovecharon las primeras semanas de primavera, coincidiendo con la fase de reproducción de las especies de peces que viven en el embalse, para realizar el reportaje fotográfico.

Fue en ese momento cuando se dieron las mejores condiciones de visibilidad, alrededor de cuatro metros, algo casi excepcional en agua dulce.En las imágenes tomadas los protagonistas son siluros, luciopercas, carpas, blackbass, perca fluvial, alburnos y escardiños en su hábitat. Y no faltan ni el mejillón cebra ni la vegetación, tanto la subacuática como la inundada por el incremento del nivel del embalse.

Este trabajo pone de manifiesto las enormes posibilidades que ofrece el entorno natural de Mequinenza, en este caso también bajo el agua. Al paisaje hay que sumar la oferta deportiva, con la posibilidad de practicar remo, pesca, senderismo y bicicleta de montaña.

A lo que hay que sumar la gran oferta cultural, con el Museo de la Historia, el del Pasado Prehistórico, el de la Mina y el parque de la Memoria dedicado al escritor Jesús Moncada y conocido como Poble Vell.

Además hay que sumar amplia gama de alojamientos existente, que incluye el albergue municipal Camí de Sirga, con capacidad para 80 personas. Por no hablar de la original oferta gastronómica que aúna la huerta y el embalse.