El sacerdote Manuel Almor Moliner será el administrador de la Diócesis de Zaragoza hasta que se nombre al nuevo obispo que sustituya a Manuel Ureña en el cargo de máximo responsable del Arzobispado de Zaragoza tras presentar su renuncia por motivos de salud. El nombramiento, según dijo Ureña, podría producirse en enero.

La decisión fue tomada por el Colegio de Consultores de la archidiócesis de Zaragoza, cuyos 10 presbíteros --sacerdotes designados por el obispo y presididos por el consultor de más edad en ordenación sacerdotal-- se reunieron ayer por la tarde para consensuar la persona que "tiene como responsabilidad mantener la vida diocesana durante el periodo de sede vacante sin cambiar el rumbo de la acción pastoral". Es decir, no se podrán hacer nombramientos durante el periodo sin nuevo obispo y si este lo creyese oportuno, podría hacerlo llamando al Colegio de Consultores.

Además, según se establece en las normas, el administrador diocesano "no puede realizar ningún acto que sea susceptible de causar un perjuicio a la comunidad diocesana" y cesa en su cargo cuando el nuevo obispo toma posesión de la diócesis.

Manuel Almor Moliner nació en Herrera de los Navarros (Zaragoza) el 6 de abril de 1942 y recibió la ordenación sacerdotal al servicio de la archidiócesis de Zaragoza el 26 de marzo de 1966. Licenciado en Teología, fue director durante muchos años de la reconocida Obra Diocesana Santo Domingo de Silos y delegado episcopal de Enseñanza. Durante los últimos años ha compaginado el trabajo de deán-presidente del Cabildo Metropolitano con el de vicario general del arzobispado.