Rebeca Santamalia asumió en el 2003 la defensa de José Javier Salvador Calvo por el asesinato de su esposa Patricia Maurel. Desde ese momento, esta letrada zaragozana asesoró a este hombre en cuantos pasos judiciales era necesario. Desde la petición del tercer grado hasta la libertad condicional. Durante la semana pasada, según pudo saber este diario, Santamalia acompañó como abogada a Salvador Cano, después de que la dueña del piso en el que estaba de alquiler desde el 2016, en la calle Tenor Fleta número 90, le citara para rescindirle el contrato. Su carácter conflictivo a raíz de unos problemas con la caldera fue el punto final de esta relación económica.

Según estas mismas fuentes, Santamalia trató en todo momento de evitar que este hombre se quedara en la calle, aunque luego acabó mudándose al piso de la calle Pradilla en el que apareció degollada la abogada. Con ella mantenía una relación sentimental tormentosa, llegando a señalar a una amiga que «él estaba obsesionado con ella». Los forenses lo definieron como «manipulador, primitivo, agresivo y simplista».