Una educadora de la Casa de la Mujer declaró ayer ante el jurado que la víctima, Carmen Abardía, fue seis veces a sus instalaciones dos meses antes del crimen para pedir ayuda por la dificultades de convivencia con su marido. En estas visitas se produjo una situación inhabitual en estos casos, ya que la mujer acudía en compañía de su marido. Abardía le explicó que iba con él, porque, en caso contrario, no le dejaría acudir a estas reuniones. Según la testigo, Biel la acompañaba para vigilarla porque estaba celoso y pensaba que podía querer separarse y no aceptó dejarla ir sola cuando se le planteó que él podría recibir otro tipo de ayuda. "Era una mujer que estaba pasando por una situación difícil, pero no tenía interiorizado que sufría malos tratos", manifestó.