Norbert Feher, conocido bajo el alias de Ígor el Ruso, se sentó ayer por primera vez en un banquillo de los acusados en España, tras dejar atrás un rosario de víctimas en su huida de Italia por un doble crimen. Conocedor de que va a pasar el resto de su vida en prisión tras ser condenado a cadena perpetua por el Tribunal de Bolonia, reconoció ante la Audiencia de Teruel que estuvo a punto de matar a dos vecinos de Albalate del Arzobispo en diciembre del 2017. Nueve días después acabó con la vida de dos guardias civiles y un ganadero en Andorra.

Detrás de una cabina blindada y en actitud despreocupada, Ígor el Ruso quiso incidir que aunque disparó contra esas dos personas, «no tuvo intención de matarles». Eso sí añadió que si le hubieran tocado en algún momento, él se hubiera defendido y, por lo tanto, «no estarían aquí», dejando entrever que los hubiera asesinado directamente.

Explicó que el 5 de diciembre del 2017 se encontraba en la casa de campo de una de las víctimas, Manuel Andreu. Oyó un ruido en el exterior y se dirigió a la puerta con dos armas de fuego en los bolsillos. Fue ya en el alféizar cuando desenfundó las dos pistolas y disparó. Lo hizo «a modo de advertencia», insistió ante las preguntas de la fiscala Carmen Modrego, quien le rebatió porque las víctimas no iban armadas.

«En ese momento no he mirado si tenían o no tenían arma para disparar, no había mucha luz, estaban a unos cuatro metros», apostilló.

ARMAS ILEGALES

Junto a los dos delitos de tentativa de homicidio, las acusaciones también le imputan otro de tenencia ilícita de armas. Sobre ello también fue preguntado Ígor el Ruso, quien admitió que las pistolas que llevaba encima las trajo de Italia. «¿Dónde las compró?», incidió la representante del ministerio público, pero la respuesta fue: «No se lo voy a decir».

Así finalizó la breve declaración, en italiano, del encausado que llegó a decir al inicio de la misma que quería que fuera rápida. Más detalles dieron las dos víctimas de los hechos, el cerrajero Manuel Marcuello, y el dueño del masico en el que estaba el enjuiciado, Manuel Andreu.

El primero de ellos, que pidió que se bajara una persiana del habitáculo en el que estaba Feher para no verlo, hizo memoria y explicó que nada más llegar a la casa para arreglar una cerradura, escuchó unos ruidos «como de hierro». «Él corrió las cortinas y salió con la pistola en la mano, a unos 50 centímetros, y vestido de militar por lo que pensé que todo era una broma», aseveró.

Rápidamente comprobó que no, puesto que Ígor el Ruso le dijo ‘ñe, ñe’ y le disparó. Momento en el que pensó que le mataba. «Me abalancé sobre él, forcejeamos y cuando me eché a un lado me tiró un tiro más y luego siguió... incluso cuando me fui andando de ahí gracias a que tengo una prótesis de cadera», explicó, mientras recalcó que le destrozó el brazo de uno de los disparos.

"SENTÍ COMO UN HIERRO CANDENTE ATRAVESABA MI CUERPO"

La otra víctima, Manuel Andreu, de 75 años, estuvo a punto de morir. Aunque pudo salir huyendo en su vehículo, una de las balas le atravesó el hígado. De hecho, según los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), llegó a perder tres litros de sangre.

Casi no se veía, por lo que dejó el coche enfocado con los focos hacia la puerta. «Mientras yo dejaba el coche allí, el cerrajero salió bastante deprisa y se dirigió hacia la puerta, pero la sorpresa fue que aunque no vi los disparo, sentí como si un hierro candente atravesara mi cuerpo y luego noté la sangre», dijo.

«Fue un momento instantáneo, ya no vi nada más. Me levanté, me temí lo peor, porque no vi al compañero en el suelo y decidí montarme en el coche y pedir ayuda al puesto de la Guardia Civil», señaló.

Los investigadores incidieron en la corta distancia en la que estaba Ígor el Ruso y la primera de las víctimas de cara a rechazar que fuera un disparo de advertencia. Destacaron también que la munición empleada por el encausado «no se emplea en España» y que se corresponde con la permitida en Italia.

Ante todo ello, el abogado defensor, Manuel Zapater, propuso una condena de 14 años y medio frente a los 23 que solicitaron las acusaciones

JUICIO MEDIÁTICO

En este juicio se han acreditado un total de 63 profesionales de la comunicación y habrá 23 medios presentes en el juicio, concretamente siete televisiones nacionales y una italiana (RAI). Todos ellos trabajaron en una sala de prensa habilitada especialmente para el juicio, pero sin acceso a internet.

CAMBIO DE IMAGEN

El paso por la cárcel de Norbert Feher no solo le ha servido para profundizar en la lectura de la Biblia, sino también para cambiar su imagen. Lució un aspecto más cuidado, sin barba y gafas, muy diferente a cuando fue detenido, ya que dormía en pleno bosque.

UN SEGUNDO JUICIO POR TRES ASESINATOS

Norbert Feher es el autor confeso del asesinato del ganadero y dirigente de la organización agraria UAGA José Luis Iranzo y los agentes de la guardia civil Víctor Romero y Víctor Caballero el 14 de diciembre de 2017 en la masía 'El Saso', entre Andorra y Albalate, después de esconderse durante varios días en los montes de esta zona del Bajo Aragón turolense tras el primer tiroteo, por el que se someterá a juicio este martes.

Pocos días después la Guardia Civil detuvo a Feher en el monte y el juez le envió, inmediatamente, a la prisión de Teruel, pero su especial peligrosidad llevó a Instituciones Penitenciarias a trasladarlo al centro penitenciario de Zuera (Zaragoza), de alta seguridad, para finalmente, el pasado mes de noviembre de 2019, recalar en la cárcel gallega de Teixeiro. Por estos tres asesinatos será juzgado la próxima primavera.