El viento que ha soplado estos últimos días de manera continua en Zaragoza provocó ayer la caída de un pino carrasco de grandes dimensiones, de 20 metros de alto, en el jardín botánico del parque Grande de Zaragoza. Además, otro árbol situado junto al puente de San Sebastián, en la entrada principal, se quedó muy inclinado y los Bomberos acordonaron la zona de forma preventiva ante el temor a que pudiera caer al suelo y acabaron talándolo.

Con estos dos ejemplares, son ya tres los que se han desplomado en Zaragoza en solo cuatro días, desde que un cambio súbito del tiempo trajo tormentas y fuertes vientos a la capital aragonesa. El primero de ellos, en el cruce de la calle Camino de las Torres con Miguel Servet, que cayó sobre a un hombre de 72 años que resultó herido.

Por eso, ayer se volvieron a disparar las críticas hacia el responsable de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Zaragoza, Alberto Cubero, a quien se acusa del mal estado de conservación del arbolado de las calles y los parques de la ciudad. Se da la circunstancia de que el primer ejemplar caído ayer se encuentra a solo 50 metros de la sede del servicio de Parques y Jardines, el organismo municipal que vela por la salud de las zonas verdes de la capital aragonesa.

CALLE CORTADA // El pino del jardín botánico, que por sus dimensiones podría ser un árbol monumental, se desplomó sobre las 9.30 horas. Derribó parte de la valla que circunda el recinto y cortó tanto un andador de tierra como la calle asfaltada que sube por un lateral del parque hasta el Canal Imperial. Afortunadamente, no pasaba nadie, por lo que solo se produjeron daños materiales.

«No lo he visto caer, pero sí he oído un crujido muy fuerte», relató Jesús, que regenta un negocio de alquiler de bicicletas al lado del Jardín Botánico. Se acercó al lugar del suceso y avisó por teléfono a la Policía Local, que a su vez informó a los Bomberos de lo que había sucedido.

Inmediatamente, una brigada del cuerpo antiincendios se desplazó al Parque Grande y troceó el pino carrasco. Fue una labor ardua que duró en total cuatro horas y media. Primero hubo que cortar las cuatro grandes ramas que partían del tronco, todas ellas de gran anchura y longitud, y después realizar la misma operación con la base.

Asimismo, hubo que sanear la zona, pues el pino, al caer, había golpeado una farola y a otros árboles próximos. La zona fue asimismo acordonada mientras maniobraban los bomberos, que utilizaron una cesta articulada para acceder a las ramas más altas.

Al parecer, en el momento en que cayó el pino carrasco no hacía mucho viento, pero el cierzo que ha soplado estos días en el valle del Ebro, unido al efecto de las últimas tormentas, han abonado el terreno para que se produzca este tipo de incidencias. El agua reblandece el terreno y las rachas de viento hacen tambalear el tronco que, generalmente, no tiene unas raíces muy profundas, lo que acentúa su inestabilidad en el terreno.

En el Parque Grande se realizan revisiones periódicas del arbolado. El propio Jesús, el encargado del alquiler de bicis, vio hace no muchos días a un grupo de operarios municipales «midiendo el grado de inclinación de unos cedros que hay en el andén central del Parque Grande», cerca de su negocio.

Juan Ángel, un zaragozano que ayer estaba paseando por el Parque Grande, manifestó que existe un número considerable de árboles inclinados en la zona verde. «Dan la impresión de ir a derrumbarse en cualquier momento». dijo. En su opinión, convendría extremar la vigilancia para evitar estos accidentes.