El malestar entre los Agentes de Protección de la Naturaleza (APN) era ayer creciente al conocer que junto al grupo de cazadores iba uno de los vigilantes del Parque Nacional de Ordesa, muy posiblemente de Nerín. La noticia corrió entre ellos como la espuma el mismo domingo, y ayer se preguntaban por las posibles medidas de castigo que habría que imponerle. Estos guías suelen ser contratados --a cambio de altas cantidades de dinero-- por los furtivos para que les indiquen los lugares en donde aparecen las presas de caza. En este caso, los hechos sucedieron con las primeras luces del domingo.