Familiares y amigos de los dos jóvenes guardias civiles asesinados en agosto del año 2000 en Sallent de Gállego asistieron ayer al homenaje celebrado hoy en esta localidad pirenaica en recuerdo de ambas víctimas.

Tras una misa en la iglesia de la localidad, los asistentes, entre los que figuraban numerosos veraneantes, realizaron una ofrenda de flores en el lugar donde fueron asesinados los dos agentes, Irene Fernández Perera y José Ángel de Jesús Encinas, con una bomba lapa adosada a su vehículo oficial.

Al acto acudieron el consejero de Presidencia y Justicia del Gobierno aragonés, Roberto Bermúdez de Castro, para quien con el homenaje quieren "honrar y no olvidar" a dos jóvenes que fueron asesinados por el simple hecho de ser guardias civiles y defender a su país. Según manifestó a los medios de comunicación al término del acto, "es bueno, por tanto, recordar y no olvidar lo que paso aquí, como en tantos otros sitios".