La localidad oscense de Villanúa ha dedicado a sus “brujas” la nueva plaza de la Oficina de Turismo, donde este verano se ha creado un área adecuada al tránsito de personas que recibe el espacio y que homenajea y recupera la memoria de las quince mujeres de la localidad que fueron juzgadas, acusadas de brujería, durante los siglos XV y XVI.

La actuación se ha realizado este verano, a través de la Brigada Municipal de Villanúa, con diseño de la empresa oscense Fotoprisma, y ha requerido una inversión de 25.000 euros, informa el consistorio del valle del Aragón en una nota de prensa.

El espacio ha sido totalmente urbanizado, instalándose la red de iluminación, equipamiento de descanso, como bancos, y un suelo de losa natural y zonas verdes. También se ha habilitado una única plaza de aparcamiento, de uso exclusivo para discapacitados.

En medio se ha creado una gran escultura, en forma de árbol, que es una alegoría de las brujas de Villanúa y que sirve para rendir homenaje a las “brujas” y recuperar su memoria.

La urbanización de la plaza de la Oficina de Turismo era una actuación muy deseada por la corporación municipal. “En ese espacio confluyen la Oficina de Turismo, el Camino de Santiago, el acceso a cueva de Las Güixas y el Sendero As Foyas, entre otros recorridos, por lo que es un lugar de mucho tránsito, y la imagen que tenía no se correspondía con esa alta afluencia”, comenta el alcalde, Luis Terrén.

La escultura en forma de árbol, construida in situm, es obra de Pléyade especialistas en la tematización de todo tipo de espacios y ha sido realizada en cemento tixotrópico con gran realismo y detalle.

De una de sus ramas sobre sale la cara de una mujer en representación de las quince vecinas de la localidad que fueron ajusticiadas acusadas de brujería en los siglos XV y XVI, tal y como está recogido en el Archivo Municipal de Jaca.

Junto a la escultura se ha instalado un panel explicativo que recoge esta historia, ya que Villanúa se convirtió durante los mencionados siglos en uno de los escenarios más notables y significativos de la historia de la brujería aragonesa.

En total se juzgaron a quince mujeres de la localidad, acusadas por siete hombres también vecinos de Villanúa de envenenar y hacer enfermar hasta la muerte a familiares suyos. Parte de las acusadas fueron condenadas a morir en la horca y otra parte, en la hoguera, entre los años 1461 y 1590.

La más conocida de estas mujeres es Guiranda de Lay, gracias en parte al programa de la Semana de Las Güixas que desde hace cinco años organiza la cueva de Villanúa para dar a conocer, precisamente, esta historia y sus protagonistas, y que este año se ha tenido que aplazar.

Guiranda de Lay es uno de los nombres que aparece en el panel junto al resto de mujeres que fueron ajusticiadas: Narbona Darcal, Catalina Ximénez, María Risca, María Parrés, Pascuala Lacambra, Juana Sánchez -alias Barós- , Francisca Lardero, Juana Ximénez, Catalina Mayayo -alias Gerdereta- , Catalina Ximénez, Juana La Cura, Catalina Izuel, María Izuel y Montserrat Mayayo.