El Reino Unido es actualmente un mercado primordial para el vino aragonés, pero esta posición corre un serio peligro si finalmente sale traumáticamente de la Unión Europea (UE). Esta posibilidad coge fuerza tras los últimos movimientos políticos en Londrés. Ante el temor a un brexit sin acuerdo, las bodegas están tomando conciencia del problema y hacen cuentas del posible impacto, aunque el sentir general es de prudencia y expectación porque el resultado final de la ruptura es a día de hoy una absoluta incógnita.

Ante el temor a una salida brusca que desencadene problemas en la frontera, varias bodegas de La Rioja están adelantando los envíos a Reino Unido para aumentar el estoc y protegerse de las fluctuaciones de la libra, según asegura la agencia Bloomberg. No hay constancia de que eso esté ocurriendo en la industria aragonesa del vino, pero sí de las recomendaciones que las organizaciones del sector están haciendo llegar a las empresas para minimizar un brexit duro.

En este escenario, las ventas de vino al mercado inglés se verían encarecidas por el pago de aranceles y otros impuestos, lo que restaría competitividad al producto y lastraría las ventas.

La preocupación, no obstante, va por barrios. Para algunas empresas vitivinícolas, los ingleses lo son por ser sus principales clientes, pero para otras las ventas a este país son poco representativas o inexistentes. Las denominaciones de origen de Aragón con más presencia en el Reino Unido son Cariñena y Campo de Borja, mientras que Calatayud y Somontano tienen un escasa exposición a esta coyuntura.

APRECIO A LA GARNACHA

Para la primera, conocida como el imperio de la garnacha, se trata del mercado exterior número uno, con algo más de 3,5 millones de botellas vendidas el pasado año. Es decir, supone una cuarta parte de sus exportaciones (14 millones de botellas) y en torno a un sexta parte -el 16%- de las ventas totales (21 millones).

«Para nosotros es un mercado muy bueno. La garnacha está muy bien considerada y somos una de las referencias de España de esa variedad», destacó el secretario del consejo regulador Campo de Borja, José Ignacio Gracia López. De hecho, la denominación llevó a cabo el pasado año importantes acciones de promoción en este país y en el 2019 hay previstas más actividades de calado en Londres. «La preocupación está en todo el sector. Nuestras bodegas están expectantes porque nadie sabe qué va a ocurrir y si la repercusión será buena mala o regular», recalca.

Las sensaciones son muy parecidas en la DO Cariñena. «Cualquier situación fuera de la actual nos va a perjudicar. Una salida pactada sería la mejor solución, pero hay que estar preparados para todo», reflexionó Ignacio Casamitjana, presidente de la mayor denominación aragonesa, cuyas ventas al mercado inglés rondan entre el 10% y 15% sobre el total de sus exportaciones, las cuales suponen el 68% de la facturación global. Solo Alemania tiene un mayor peso. Si hay un brexit duro, las bodegas tratarán de compensar la previsible caída de ventas con mercados emergentes como China, Rusia o Japón.

En la DO Calatayud, el problema del Reino Unido se ve con cierta distancia. «Hace unos años era un mercado importante para nosotros, pero ahora no. Quieren muy buen vino a un bajo precio», comentó Javier Lázaro, secretario esta denominación. Lo mismo ocurre en la DO Somontano, donde este mercado absorbe el 5% de las ventas, aunque «es estratégico», destacaron, porque es «un país prescriptor de marca».