La rápida respuesta policial, de los bomberos que tiraron la puerta abajo y de los vecinos que se alarmaron ante los gritos que estaban escuchando pudieron evitar ayer que en estos momentos Zaragoza esté condenando el primer caso de violencia machista del año. In extremis, según la Jefatura Superior de Policía de Aragón, una mujer 68 años fue salvada de su esposo de 76 años, quien la estaba estrangulando. Él, identificado como M. R. V. y de origen español, fue detenido como supuesto autor de un delito de homicidio en grado de tentativa.

Los hechos tuvieron lugar a las 09.45 horas en el interior de la vivienda del matrimonio en la calle Almadieros del Roncal, en el barrio del Arrabal. Allí se produjo una discusión, según pudo saber EL PERIÓDICO, después de que la víctima le reprochara a su esposo la forma en la que estaba lavándose los dientes. Una simple discusión que derivó en una agresión que llegó a movilizar al Grupo Motorizado Centellas de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, porque la intervención, tal y como se había activado desde la sala del 091, no había ni un segundo que perder. Pudieron acceder al interior del domicilio, pero la pareja se encontraba en el interior del baño, siendo necesaria la intervención de los Bomberos de Zaragoza, que tiraron la puerta abajo.

Cuando accedieron, se encontraron al sospechoso y a la víctima en el interior. Ella presentaba evidentes marcas en el cuello propias de que había sido agredida, además de un cuadro nervioso por la situación que acababa de vivir.

Los agentes pudieron confirmar en ese momento que no había denuncias previas, si bien los vecinos destacaron que no era la primera vez que escuchaban ruidos y discusiones pero no con la intensidad de ese día.

Una investigación que asumió la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, competente de los casos de violencia de género, si bien el caso ha sido ya sobreseído por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Zaragoza, cuyo magistrado acordó la libertad provisional del arrestado. Todo porque la mujer de 68 años no quiso denunciar y se acogió a la dispensa de no declarar contra su esposo. La ley establece que el procedimiento puede continuar de oficio siempre y cuando haya pruebas, pero en este asunto no hay testigos del intento de estrangulamiento, solo las marcas en el cuello que así lo determinaban.

A ello se suma que podría considerarse inimputable, puesto que los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) emitieron un informe en el que se destaca que el hombre padece un deterioro cognitivo que supone un menoscabo de su capacidad de conocer y actuar. No obstante, consideran que existiría un riesgo elevado de reincidencia de alteraciones de conducta. La víctima fue atendida en el hospital provincial Nuestra Señora de Gracia.

En el último estudio realizado por el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) se señala que doce de las 56 víctimas mortales del 2019 (el 21,4 %) habían presentado denuncias previas contra su agresor, aunque seis mantenían la convivencia. En cuatro casos había órdenes de alejamiento en vigor, pero el agresor la vulneró. En uno de ellos, víctima y asesino convivían. En el 39 % de los casos el agresor era el marido de la víctima y en el 43 % mantenían otra relación afectiva.