Zaragoza. -- Millones de flores adornan ya el manto de la Virgen del Pilar en el día grande de las fiestas de Zaragoza, con motivo de la ofrenda de Flores, en la que participan miles de personas, zaragozanos, aragoneses y de diferentes puntos de España y del mundo, devotos y no tan devotos, pero con la misma ilusión de participar en este acto que ha arrancado a las 7,30 horas de la mañana y está previsto que concluya hacia las 15,45 horas. Espectacular, exótico, colorista o pintoresco son algunos de los calificativos de la Ofrenda de Flores, donde la mayoría quiere expresar su sentimiento y honra a la Virgen del Pilar recorriendo, los más madrugadores, un trayecto que dura hasta cerca de dos horas, pero que el buen ambiente, la alegría, la ilusión y la devoción hacen la espera corta. El tiempo ha sido benévolo con el día grande de las Fiestas. Todo parecía presagiar que la jornada iba a transcurrir con el cielo encapotado, pero, finalmente, el sol se ha convertido en el gran protagonista de un día en el que cerca de 500.000 personas tiñen las calles con el rojo y el blanco de los claveles, que han dibujado el gran manto a la patrona de la Hispanidad. Como novedad, en este 2004, la salida de la Ofrenda se ha adelantado media hora respecto a su horario habitual, por lo que desde las 7,30 horas las calles de Zaragoza han acogido este multitudinario acto. Una persona espontánea y "muy madrugadora, por cierto" --relataba un organizador de la ofrenda--, no se pudo esperar a realizar su particular ofrenda a la hora programada oficialmente, y entregó el primer ramo de flores a las 6,15 horas. Uno de los grupos más llamativos en la ofrenda ha sido el de la Asociación histórico-cultural "Voluntarios de Aragón", que vistiendo uniformes de época han rememorado el historial de la unidad del batallón de Infantería ligera 1 de Voluntarios de Aragón, la más representativa de todas las creadas en la región durante la Guerra de la Independencia. En cuanto al más numeroso, lo han formado los peñistas, con más de 500 participantes. El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, que seguía sin vestir --como el año pasado-- el tradicional traje de baturro en ofrenda de flores como alcalde, se excusó comentando que "ningún año me he vestido, y si lo hiciera así no formaría parte de mis hábitos y costumbres". Bromeó diciendo que "me da apuro, tengo un tipo que no encaja con el traje, y me parece un poco artificioso". No obstante, "si se ganara la Expo 2008 estaría dispuesto a lo que sea, incluso a ponerme el cachirulo, con lo mal que me sienta", comentó Belloch entre risas.