«No es comprensible que nos confinen en nuestras ciudades mientras que miles de inmigrantes llegan a nuestro país, muchos infectados, estén desbordando toda previsión y recursos y están siendo alojados en hoteles de lujo». Palabra por palabra, el diputado de Vox en el Parlamento aragonés, David Arranz, dijo esto este martes, desplegando en la última sesión plenaria el incansable argumentario racista de la formación de extrema derecha, que va sembrando de mentiras y declaraciones alejadas de la realidad un espacio creado para el diálogo y el entendimiento como es el Parlamento de Aragón.

Arranz señaló y acusó sin pruebas y sin cifras al colectivo de personas inmigrantes cuando se debatía la aprobación de los decretos de alerta sanitaria propiciada por el covid-19. Una ocasión de oro para ensañarse con quienes escapan de la miseria, o de las guerras, buscando refugio en los derechos humanos en nuestro país. Y aunque parezca increíble, estas declaraciones no molestaron todo el arco parlamentario. Fueron jaleadas no solo desde los escaños de Vox en las Cortes. También varios diputados del Partido Popular aplaudieron estas declaraciones, golpearon sus mesas y arengaron a Arranz.

Mientras, el portavoz de Podemos Equo en las Cortes, Nacho Escartín, se removía en su asiento y le increpaba sus palabras desde su bancada, junto a la consejera de Sanidad, Sira Repollés. Y después, en el turno de la formación morada para expresar su posición respecto a los decretos, Escartín no dejó pasar el comentario de Arranz.

«Ustedes los de Vox llevan meses difundiendo noticias y vídeos falsos sobre la acogida que se está haciendo a inmigrantes que en ningún caso están disfrutando del ocio en hoteles de lujo, que tienen habitaciones habilitadas por la Cruz Roja por motivos de seguridad y salud pública. Dejen de meter mentiras xenófobas en las Cortes de Aragón», expresó Escartín, que antes de terminar su alocución vio como los diputados de Vox salían de la sesión de plenos no sin antes pararse frente a él, santiguándose, y diciendo «Amén».

Una imagen surrealista, kafkiana, que dejó a las claras que pese al clima eminentemente de consenso que se vive en las Cortes, hay posturas diametralmente opuestas. Un episodio que después ha dado mucho de qué hablar fuera del Palacio de la Aljfería, en Twitter, donde la política a menudo se hace meme. Pero los comentarios y las actitudes racistas no tienen ninguna gracia