Viver de Vicor es una aldea de solo tres vecinos en temporada baja que ha denunciado en múltiples ocasiones el supuesto abandono del que es objeto por la cabecera del municipio, Belmonte de Gracián, en la comarca de Calatayud.

«Estos días de las nevadas nos hemos quedado incomunicados por la nieve y el ayuntamiento no se ha preocupado en ningún momento por el estado de los accesos al barrio, que está a 1.000 metros de altitud», señala Víctor Francisco Castillo, uno de los tres habitantes de la pedanía, que dista 11 kilómetros de Belmonte.

Para este residente, lo ocurrido durante la ola de frío es un ejemplo más del «vergonzante abandono» que la aldea, que solo tiene una calle, sufre a lo largo de todo el año por distintos motivos.

Sin embargo, fuentes del Ayuntamiento de Belmonte de Gracián aseguraron que el consistorio destina cada año entre 7.000 y 10.000 euros al barrio gracias a las subvenciones recibidas de la Diputación Provincial de Zaragoza, que dispone de una partida destinada precisamente a las pedanías.

«Belmonte es una localidad pequeña, de 200 habitantes, con unos recursos limitados y muy poco personal», subrayó la misma fuente, que afirmó que Víctor Francisco Castillo lleva a cabo una campaña continua de desgaste hacia el actual alcalde, José Carlos Pérez Cubero, del Partido Aragonés.