«Entre los adolescentes existen muchos casos de violencia»

Ana Santos, psicóloga de cavias

La violencia machista tiene muchas caras. Y una de las más terribles son los delitos sexuales a los que tienen que hacer frente las psicólogas del Centro de Asistencia a Víctimas de Abusos Sexuales (Cavias). Los meses de confinamiento tampoco han sido una tregua, según explica Ana Santos. Por eso piden el apoyo de las administraciones para poder atender el aumento de casos.

Además, manifiesta que las conductas machistas «y las ideas arcaicas» no han desaparecido entre las capas más jóvenes de la sociedad. Destaca que cuando participan en talleres escolares o en institutos descubren comentarios que parecían erradicados del pensamiento general. «Es sorprendente que gente tan joven sigan tendiendo pensamientos como ‘si va vestidas de determinada manera es que va provocando’ o ‘es que si me ha calentado todo tiene que ser un sí, o que no me hubiera calentado, la culpa es suya’ o creer que tienen derecho sobre una chica que les ha mandado una foto subida de tono», explica.

Un tipo de declaraciones al que tienen que hacer frente más a menudo de lo que les gustaría. «Cuando les argumentas desde el lado contrario reflexionan sobre las burradas que llegan a decir», indica a la hora de manifestar que se han llegado a encontrar comentarios de este tipo ente las chicas._«A veces han llegado a justificar al agresor, por eso les tenemos que explicar que no pierdan nunca ese punto de vista», indica Santos.

En los talleres también están descubriendo que todavía existen problemas a la hora de asumir el consentimiento. El famoso lema No es no que en las aulas todavía ofrece muchas dudas en su interpretación. «Siempre les decimos que si tienen que rizar el rizo para justificar sus actos están actuando de forma incorrecta», manifiesta.

Acudir a este tipo de talleres es duro, pero gratificante. Sobre todo porque ofrecen claves a las chicas más jóvenes que les serán muy útiles en la vida cotidiana para evitar los golpes del machismo. «Entre los adolescentes se están produciendo muchos casos, siendo personas de muy poca edad tanto la víctima como el agresor», detalla.

En estos casos les tienen que dar algunas claves, ya que la agresión puede llegar de muchos ámbitos, pues el peligro no suele provenir de un desconocido agazapado en un parque. Puede ser un amigo, un compañero de clase, un conocido previo. «A veces piensan que este tipo de situaciones no pueden ser delito y por eso se callan, tienen miedo de recibir reproches».

La orientación, las asociaciones o incluso los profesores son fundamentales para que se de el paso de la denuncia. «En los talleres muchas jóvenes caen en la cuenta de que han pasado por un proceso de violencia sexual», afirman. También recogen el impuso que necesitan de sus amigas o de las tutoras. Donde más les cuesta contarlo es en el seno de la familia.

Esta es la razón por la que gracias a herramientas como las que ofrece Cavias o el propio Instituto Aragonés de la Mujer (y ahora también desde el instituto de la juventud) se pueden atajar muchos procesos de riesgo desde la raíz. Lo mejor, agrega, es «no guardad silencio».

«La denuncia no puede ser un desesperado ‘no puedo más’»

Altamira Gonzalo, abogada

La labor de la abogada Altamira Gonzalo va mucho más allá de lo que demanda su profesión. Como feminista activa interviene en foros y trata de concienciar a las administraciones de legislar por la igualdad. Y de la necesidad de trabajar de forma infatigable para que se produzcan las condiciones materiales adecuadas para acabar con una plaga como la violencia machista. Asegura que se tienen que concienciar desde todos los ámbitos, jueces, abogados, funcionarios, policías. Es tarea de todos. «Hace falta sensibilidad y concienciación», insiste.

Gonzalo lamenta que, según los datos de las últimas encuestas, hasta el 75% de las víctimas de violencia de género no hayan presentado una denuncia previa. Por eso considera que desde la administración de justicia se tiene que hacer una reflexión profunda para que las mujeres que se animan a dar este paso, que siempre es complicado, sean recibidas de una forma amable. «No podemos permitir que en los juzgado se reciba con recelo a las mujeres que van a denunciar», afirma. Ninguna mujer se debería enfrentar al trance de que se pone en duda su versión una vez que se ha decidido a dar el paso.

El paso de acudir a los juzgados nunca es sencillo. «Según mi experiencia es uno de los pasos más difíciles del proceso, pues suele implicar también un divorcio», asegura. Por eso considera que es necesario el asesoramiento previo, que puede llegar desde múltiples lugares. Desde centros públicos a organizaciones como la Asociación de Mujeres Juristas Themis de la que es vicepresidenta. «No podemos consentir que la denuncia sea fruto de un desesperado ‘ya no puedo más’», indica la también presidenta del Consejo Asesor de Igualdad para las políticas de igualdad del PSOE.

« Una sola mujer que sea asesinada tras haber puesto una denuncia, es un gran fracaso y la prueba de que no se analizó el riesgo que tenía de sufrir una nueva agresión por parte de su pareja», expresa con rotundidad.

En un día como el que hoy se conmemora hace falta insistir en que cualquier medio que disponga la administración para frenar esta sangría es necesario. Gonzalo considera que en estos momentos «son insuficientes» los equipos de valoración forense integral en relación con los que serían necesarios para hacer una adecuada valoración del riesgo y de los daños existentes en cada caso denunciado.