La confianza del bloque de derechas en el Ayuntamiento de Huesca ha saltado por los aires tras el voto en blanco que le otorgó la alcaldía por sorpresa al socialista Luis Felipe, a pesar de que estaba previsto que los concejales del PP, Ciudadanos y Vox votaran por la popular Ana Alós, que ha visto como las opciones de lograr la vara de mando se esfumaban en cuestión de segundos.

«Lo que pasó el sábado es un caso claro de transfuguismo», acusó ayer la popular Alós señalando a las filas de Ciudadanos, al considerar que el voto en blanco salió de uno de los tres concejales del partido naranja. Por ese motivo exigen explicaciones desde la dirección del partido liberal. «Si no toman medidas significará que están de acuerdo con lo sucedido», dijo. Esto, según la popular, les obliga a dar explicaciones sobre qué ha pasado, indicando «quién ha sido el tránsfuga y a cambio de qué».

«El nombre de la institución queda manchado, esto no se puede consentir», insistió la que iba a ser alcaldesa. Alós cree que con la falta de explicaciones públicas de Ciudadanos «se están arrojando sombras de sospecha» sobre los doce concejales que respetaron los acuerdos previos del bloque de la derecha. «No voy a consentir ni por un minuto que se dude sobre mis concejales, y según ha dicho el de Vox, sobre él tampoco», señaló.

ACUSACIONES «GRAVÍSIMAS»

Esto implica «explorar todos los resortes que ofrece la ley» para solucionar el conflicto abierto, empezando por una moción de censura. Sin embargo, todavía no se plantean plazos sobre su presentación, puesto que si no se reparan los recelos mutuos es imposible que prospere, garantizando la continuidad del PSOE al frente de la capital altoaragonesa.

Por su parte, en Ciudadanos se muestran rotundos en la defensa de sus concejales, encabezados por José Luis Cadena. El secretario de organización del partido en la comunidad, Ramiro Domínguez, calificó de «gravísimas» las acusaciones vertidas por los populares. «Nosotros mantenemos la confianza en nuestros tres concejales, hemos cumplido el acuerdo de gobernabilidad, si ellos tienen dudas que actúen como crean conveniente», insistió Domínguez.

La formación naranja consideró que los populares tienen «las herramientas políticas suficientes» para actuar si lo creen necesario, algo que provoca un enorme distanciamiento que complica cualquier tipo de diálogo. «Nosotros somos leales en nuestros plateamientos, por eso no podemos tolerar que los problemas de otras formaciones nos afecten de esta manera, pues nuestra intención era trabajar por Huesca y ahora nos toca estar en la oposición, eso es fácil de entender», expresó el responsable de organización de Ciudadanos.

PAPELETAS SIN CUSTODIA

El relato que hacen los populares de la jornada de votación deja claro que las papeletas de votación (incluida la del concejal de Vox) estuvieron controladas en todo momento, algo que dudan desde Ciudadanos, pues con los nervios del recuento nadie se preocupó de garantizar su custodia. «Lo hemos tenido claro desde el minuto cero», zanja. Alós consideró que la moción de censura, si se consigue llevar a cabo, no buscaría en última instancia desalojar a Luis Felipe de la alcaldía. «Lo que más nos preocupa es descubrir quién ha llevado a la institución a esta situación», indicó.

La formación ultraderechista reiteró que su principal objetivo es «echar a la izquierda del Ayuntamiento de Huesca» y que por ese motivo su concejal Antonio Laborda estaría dispuesto «a apoyar una moción de censura para lograrlo».

Con el objetivo de avanzar en soluciones concretas los tres partidos convocarán hoy a sus órganos de dirección y no se descarta una reunión en la capital altoaragonesa a tres bandas, aunque la presencia de Ciudadanos en ese cónclave no estaba confirmada al cierre de esta edición. «En estos momentos no existe confianza en José Luis Cadena, pero pueden recuperarla según lo que hagan en estos días, a partir de ese momento podremos hablar de nuevo», indicó Alós.