Vox ha roto su silencio esta mañana, en su sede zaragozana de la calle Cádiz, para advertir de que no van a ser un convidado de piedra en las negociaciones para la gobernabilidad. "Casi al 100%", ha afirmado su candidato a la presidencia, Santiago Morón, no apoyarán una hipotética alianza entre PP, Ciudadanos y PAR si no se sientan a una mesa con ellos y hay una "foto", tras unas conversaciones "con luz y taquígrafos", para ver en qué puntos se pueden poner de acuerdo.

Ciudadanos, al menos oficialmente, les descartó para cualquier negociación, pero Morón ha desvelado que el líder autonómico de la formación naranja, Daniel Pérez Calvo, le llamó en privado para explicarle que sus declaraciones sobre la "incompatibilidad genética" entre Vox y Cs se habían "malinterpretado". Y a él le dio la impresión de que la puerta al diálogo con la formación naranja no está completamente cerrada.

Vox ha estudiado el decálogo de medidas de gobernabilidad de la formación naranja, asumido por el PP, y según Morón en la mayoría de cuestiones se podrían poner de acuerdo. Incluso en las que no, como el modelo territorial (están en contra de las autonomías) o la violencia machista y la defensa de los derechos LGTBI, podría ser cuestión de "gramática, de cambiar unas comas", pues no están en contra de los derechos de nadie ni van a llamar a incumplir la ley.

Por el momento no han recibido ninguna llamada formal para negociar, pero reniegan del "cordón sanitario" que se les ha impuesto. Y aunque no es una condición sine quae non entrar en el Gobierno, tampoco lo descartan, y recuerdan que obtuvieron más votos que otros que sí suenan para conformarlo (el PAR) en las últimas elecciones autonómicas.