La lucha por la igualdad de la mujer generó ayer en las Cortes el enésimo enfrentamiento dialéctico entre Vox y el resto de fuerzas políticas que, con sus matices, coinciden al menos en que esta equiparación está a todas luces por lograr. El Parlamento autonómico vio reproducido este rifirrafe por partida doble, en comisión (ante la comparecencia de la directora del Instituto Aragonés de la Mujer) y en rueda de prensa, con Vox explicando por qué no firmó la declaración institucional por el 8-M y el PSOE replicándoles. El asunto tuvo también su cuota de protagonismo en la Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Zaragoza, pero allí, al menos, sí se firmó una declaración unánime.

En las Cortes, por contra, la formación ultraderechista se negó la semana pasada, lo que motivó una rueda de prensa de Podemos, que hasta ayer no fue contestada en el mismo formato por David Arranz, de Vox. En ella expuso que su partido no considera que la mujer en España sufra ninguna violencia estructural, ni el ámbito sexual ni en el económico, porque «esto no es Irán, ni Arabia Saudí, ni India», aseguró.

Vox, aseguró, reniega de la «lucha de sexos» que, a su modo de ver, se quiere establecer por parte del «lobi feminista», que consideran «de extrema izquierda, masivamente subvencionado y que solo buscar el clientelismo».

En la misma línea, negó que exista la violencia machista, sino que es intrafamiliar, porque «no hay víctimas de primera y de segunda», y hay «muchas razones, además del machismo», detrás de los crímenes. Por mucho que, en comisión, el PP y Cs le intentaran hacer ver que once mujeres asesinadas en lo que va de año, y el millar acumulado, no responden a una casualidad. A estos partidos les acusó de tener «grandes tragaderas» y practicar «contorsionismo político».

La intervención en rueda de prensa de Arranz fue replicada por Darío Villagrasa, del PSOE, que consideró sus palabras «hirientes y dolorosas», además de teñidas de «machismo» y «xenofobia», ya que también instó a protestar contra las manadas «extranjeras», no solo las españolas.

En comisión, su discurso fue duramente criticado por la representante de CHA, Carmen Martínez Romances, que afirmó que, de no ser por respeto institucional, hubiera sido para levantarse de la mesa.

Mientras, en el consistorio zaragozano, Vox sí se avino a firmar una declaración «de mínimos», la propuesta por la Federación Española de Municipios y Provincias, que en síntesis refleja que Zaragoza pide «un futuro sin discriminación por razón de género, donde hombres y mujeres formen parte de nuestra sociedad en igualdad de derechos y responsabilidades».

Lo hizo después de que la oposición de izquierdas obligase a retirar la propuesta de Vox, que incluía conceptos como «consenso progre» o «excusa para el expolio de dinero público», entre otros, que la oposición considera «racistas».