Hace ya cuatro meses que Julio Calvo, portavoz municipal de Vox en Zaragoza, dejó bien clara en estas páginas su postura de cara a las negociaciones del presupuesto del 2021, las exigencias que iba a marcar: «Que vaya sabiendo Azcón que, o hace las reformas que tiene que hacer, o lo va a tener crudo». Se refería el concejal de ultraderecha a suprimir las subvenciones directas, a evitar el gasto superfluo, sobre todo a cargarse de un plumazo el dinero que Zaragoza destina desde 1992 a cooperación al desarrollo. El año pasado, sin ir más lejos, llegó a 2.898.980 de beneficiarios directos en todo el mundo.

A las puertas de discutirse la aprobación del presupuesto, en el pleno extraordinario del jueves de la próxima semana, Vox ha vuelto a amenazar al equipo de Gobierno PP-Cs con tumbar las cuentas si no se da conformidad a alguna de sus imposiciones. La insistencia de la ultraderecha llevó a numerosas asociaciones, encabezadas por la Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS), a concentrarse ayer por la mañana frente al ayuntamiento para protestar por estos recortes que sospechan aunque no se hayan concretado.

Alegación

La FAS ha presentado una alegación a los presupuestos de Zaragoza reclamando al Gobierno PP-Cs el cumplimiento del Pacto por la Cooperación al Desarrollo, suscrito por unanimidad en el 2017. Dicho acuerdo, que recibió el voto favorable tanto de los populares como de la formación naranja cuando estaban en la oposición, preveía el aumento de las partidas municipales para cooperación al desarrollo. Sin embargo, ya en el 2020 el PP y Cs aceptaron enmiendas de Vox que reducían esas partidas en 500.000 euros. La reducción de salida para este año ya ha sido de 400.000 euros. «Lo pactado se respeta, no debería ser objeto de negociación posterior y menos aún con agentes externos a un pacto de larga tradición y amplísimo consenso», afirman en la FAS, desde donde recalcan que los compromisos son «para cumplirlos», ya que lo contrario «es no hacer honor a la propia palabra y no poner en valor la propia firma».

Del mismo modo, reiteran que «sobran los motivos» para defender la cooperación internacional, aunque destacan tres: «los derechos humanos, la empatía con aquellos que peor lo están pasando y la dignidad que merece la vida de cualquier persona en cualquier parte del mundo».

En la fase de concurrencia competitiva se presentaron 88 proyectos en el 2020, de los cuales 66 fueron aprobados, correspondientes a 44 entidades. Se respetaron los límites de financiación máxima por cada país (15%), por proyecto (4%) o por entidad (6%) fijados en las bases de la convocatoria y se subvencionaron acciones en 21 países (10 en América latina, 9 en África y 2 en Asia). Los países a los que más financiación se destinó en el 2020 fueron Nicaragua, con 437.037 euros (14,33%); Senegal, con 310.391 (10,18%); y Bolivia, con 302.498 (9,92%).

Ratio de cooperación alto

Por población, los proyectos llegaron a un total de 2.898.980 beneficiarios directos (1.484.599 mujeres y 1.414.381 hombres), con proyectos que respondían a la ayuda humanitaria, fortalecimiento de sistemas de salud y acceso a la misma, salud materno infantil, lucha contra el hambre y seguridad alimentaria, educación de niños, defensa de derechos humanos y reducción de la violencia o educación para el desarrollo, entre otros.

Zaragoza es una de las capitales con el ratio de cooperación más alto, algo en lo que coinciden las distintas fuerzas, aunque con diferente punto de vista sobre su necesidad. Los socios del equipo de Gobierno, PP y Cs, no quisieron entrar a analizar esta propuesta de entrada y se limitaron a decir que se estudiarán todas las enmiendas y se iniciará una negociación que las malas lenguas aseguran que está prácticamente cerrada con Vox, a la espera de saber sobre qué partidas concretas recaerán las exigencias de la ultraderecha.

Jorge Azcón, alcalde de Zaragoza, presumió ayer de gobernar un ayuntamiento «extraordinariamente solidario», afirmó que el presupuesto de Acción Social se va a aumentar un 20% y recordó que la aportación municipal a la cooperación al desarrollo se mantiene por encima de la media de ciudades en España.

No obstante, no aclaró si finalmente va a aceptar las enmiendas de Vox que aniquilan las ayudas de cooperación al desarrollo, pero insistió en que «hay que hacerlo muy bien para competir en solidaridad» con el ayuntamiento, dijo el alcalde, que señaló en otra dirección: «Para que el Gobierno de Aragón fuera tan solidario como Zaragoza, tendría que destinar 20 millones de euros más de los que destina en la actualidad», remachó, en referencia a los 4,41 millones de euros -se quedaron en 3,88­- destinados desde la DGA en el 2019, y a los 5,55 millones -­finalmente 4,48- del 2020.

No niegan tales datos en la FAS, donde «siempre» han considerado a Zaragoza como «un ejemplo». Si bien Zaragoza no llega al 0,7% del PIB propuesto por la ONU, partía del 0,47% en el 2019, porcentaje que se redujo al 0,41% el año pasado y que va camino del 0,33%, o menos, en el 2021. El Gobierno de Aragón está muy lejos por ahí pese a haber crecido del 0,04% al 0,08% en los últimos cinco años. Al 0,7% en Aragón solo llegan algunas de las grandes administraciones como la DPZ. El Ayuntamiento de Teruel no anda lejos, está en el 0,5%.