La posibilidad de que la céntrica e cicónica estatua de La fragatina, una escultura concebida como homenaje a la mujer local y a su tradicional vestimenta, cambie de ubicación como consecuencia de una reforma urbanística ha disparado las críticas al equipo de gobierno municipal, en manos del PP, en especial a través de las redes sociales.

Todo empezó hace casi un año con el descubrimiento casual de un pozo de hielo del siglo XVII, único en su género, en el curso de unos trabajos que se estaban realizando en la zona comprendida entre la plaza de España, donde se levanta el ayuntamiento, y el paseo de Barrón Cegonyer, la calle principal del casco histórico.

Los populares defienden los cambios, que consideran necesarios tras el hallazgo arqueológico, y aseguran que la estatua seguirá aproximadamente donde está en la actualidad, presidiendo el entorno, solo que dos metros más arriba o más abajo, aproximadamente.

Pero la oposición, que cuestiona todo el plan, no solo en lo concerniente al desplazamiento de La fragatina, cree que, si no se hacen las cosas bien, pueden surgir problemas que complicarán la vida de los residentes y los repartidores y afectarán al comercio, además de generar un caos circulatorio en la calle de Santa Quiteria, paralela al paseo y de trazado estrecho y un tanto irregular.

Todo un símbolo

«Para alguien de aquí, la figura de La fragatina, explica un vecino de la localidad. «Una estatua con ese significado no se toca así como así, por eso se ha armado tanto jaleo», explica. El PSOE, en la oposición, ha salido en defensa de la actual ubicación de la imagen y, al mismo tiempo, ha acusado a la alcaldesa, la popular Carmen Costa, de actuar «con falta de transparencia» para sacar adelante un proyecto que modifica de forma sustancial el tráfico rodado por el casco antiguo, suprime plazas de estacionamiento y pone en peligro la continuidad en el mismo emplazamiento del popular mercadillo de los martes.

Para los socialistas, las obras de remodelación del centro se han acordado de forma casi subrepticia, «oscurantista», aprovechando el periodo navideño para sacar el proyecto a exposición pública, sin consultar la opinión de los vecinos y sin realizar previamente un estudio de movilidad. De hecho, el plazo de alegaciones terminó el pasado 22 de enero.

Potenciar el Casco

«Es cierto que no ha habido una consulta popular como tal, pero la alcaldesa y otros responsables sí han mantenido reuniones con los vecinos y se han atendido y aclarado las dudas que tenían», señala un portavoz municipal.

La misma fuente indica que el proyecto, que forma parte de una actuación mucho más amplia que concierne a toda la zona de trazado medieval, conlleva la peatonalización de parte del paseo. Esos cambios, que sobrecargarán el tráfico en la calle Santa Quiteria, como mantienen los socialistas, servirán para «reactivar» el comercio y mejorarán la calidad de vida del vecindario, según el ayuntamiento.

En cuanto al mercadillo de los martes, trasladado temporalmente a la explanada del Sotet, «aún no se sabe» donde se instalará cuando acaben las obras de la zona donde está la figura. «La seguridad sanitaria impuesta por el covid hace que la actividad de los puestos requiera más espacio», advierte el portavoz, que anuncia que la remodelación podría empezar el próximo mes de mayo.

Para el PP municipal, la restauración del depósito de hielo, que una vez acabada la obra se podrá visitar, está totalmente justificada. «A diferencia de otros pozos antiguos que hay en Aragón, el de Fraga es el único que se encuentra en el centro de una población», argumenta el portavoz del equipo de gobierno.