JOAQUÍN CARBONELL
--¿En esta profesión, cuanto peor mejor?
--En mi caso, no. Mira, me hubiera gustado no haber hecho un montón de fotos, que no hubiera sucedido lo que retraté...
--Siempre surge el eterno dilema: ¿un fotoreportero debe ser neutral?
--Yo no. Alguien dijo que si eres neutral empiezas a ser cómplice. No hay que darles el mismo tiempo a las víctimas que a los verdugos, porque los verdugos acaparan toda la información.
--Incluso se habló de que un fotógrafo no debe intervenir en lo que ve.
--Naturalmente, si intervienes puedes cambiar el sentido de lo que ocurre allí. Todo funciona en un equilibrio muy delicado, ¿sabes? Puede suceder que por simpatía, un fotógrafo o un periodista omita información de lo que ocurre, y en ese momento deja de ser periodista para hacer propaganda... No me gustan los fotógrafos paracaidistas...
--¿Qué quiere decir?
--Estos que llegan a un sitio, en tres horas hacen las fotos y se van. No. Hay que llegar sabiendo a lo que vas, con información. Tienes que pararte a mirar, volver a mirar, dar dos pasos atrás, y entonces hacer las fotos... Es una cuestión de actitud ante las cosas.
--Me comentó el fotógrafo Morenatti que él no pretendía hacer arte, pero muchas de sus fotografías son asombrosas.
--Claro, la intención última no es hacer una obra de arte sino una denuncia, enviar información. Plantearse una pregunta: ¿por qué hago esta foto, qué quiero mostrar? Pero, claro, si además esa foto tiene un componente artístico es mucho mejor.
--¿Cómo empezó todo en su caso?
--Empecé trabajando para La nación de Buenos Aires a los 21 años. En un momento pude ir a Paraguay y descubrí otra forma de hacer fotografía. Desde entonces he trabajado para agencias y ahora lo hago como free lance.
--Son ustedes una casta privilegiada, admirada...
--Que está en trance de desaparecer, porque algunas empresas son dirigidas por empresarios, que anteponen la cuenta de resultados al periodismo. Exigen rebajar costos y ello fomenta menos tiempo para trabajar. Y las prisas son muy malas en este oficio, es lo peor. Incluso ahora los periódicos on line animan a la gente a enviar sus fotos de cualquier evento... Y no tiene nada que ver, es otra cosa.
--¿Es agotador? ¿Cuándo calcula que lo dejará?
--Bueno, ya me lo estoy planteando. Ahora me he tomado este año de vacaciones. Pero no para estar ocioso, sino para dar talleres y cursos que es algo que también me encanta.