El informe, gracias a los testimonios de las mujeres encuestadas, elabora un perfil de la sexualidad condicionada que han vivido las mayores de 65 años en Aragón por la situación política de la época. La virginidad antes de casarse era prácticamente obligatoria.

El sexo era un tema tabú, por lo que se utilizaban continuamente eufemismos para hablar de ello. Una de ellas recuerda cuando una tía le recomendó «no cambiar a pesetas», una expresión que no entendió hasta que su madre le indicó que se refería a que no se acostara con ningún hombre antes del matrimonio. «Por no hablar normal decían palabras raras», lamenta.

Y una cosa que tienen asumida con cierta estupefacción es que en algunos casos los hombres «tenían sus necesidades» y acudía a «casas de citas» para tener relaciones y así poder respetar a sus esposas. En estos casos las mujeres encuestadas inciden en que ocurría con más frecuencia «en la generación de nuestros padres».

Las mujeres mayores de los entornos urbanos abordan con menos prejuicios estos temas y cuentan a sus informadores asuntos relaciondos con el sexo en la tercera edad, otra fuente de conflictos al considerar que sus maridos las culpan en muchos casos de que no sea del todo satisfactorio. «Ya se encargan de echarte la culpa» asumen.