Luis Bernal fue asesinado hace nueve años en su casa de la calle Cortesías en el zaragozano barrio de La Magdalena. Cuando en aquel entonces la Brigada de Policía Científica de la Jefatura Superior de Policía de Aragón realizó la protocolaria recogida de huellas en el escenario del crimen encontró cinco vestigios. Fueron analizados, pero ninguno dio resultado positivo. No fue hasta el 8 de mayo del 2017 cuando un informe remitido al Grupo de Homicidios daba un vuelco a este asesinato. Su resolución parecía más cercana como, finalmente, ha sido.

En dicho estudio, los investigadores señalaban que una huella que pertencía a Brahim Nasri había aparecido en una bolsa de Galerías Primero en la que estaba la tijera de más de 30 centímetros con la que mataron a golpes a Bernal. Un hallazgo impulsado por las nuevas tecnologías que llevó a la Policía Nacional a detener a este hombre.

Según el sumario de casi 3.000 folios, cuyo secreto acaba de levantarse y al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, Brahim Nasri se desmoronó entre sollozos ante la presencia policial en su vivienda. Sus familiares le decían que dijera la verdad y al final espetó: «Yo no me como este marrón, no tengo nada que ver con esto. Conozco a quien lo hizo, fueron dos rumanos y la novia puta de uno de ellos, junto a un argelino amigo mío».

Una declaración muy reveladora que completó con la identificación del argelino, Daho Benhada (en paradero desconocido) y de uno de esos rumanos que él señaló, Mihai Simion. De ambos dio una serie de detalles que condujeron al Grupo de Homicidios hasta ellos, después de que certificaran su presencia en el lugar a partir de la investigación de los móviles. Brahim Nasri señala directamente a Mihai Simion (detenido este mes de enero en Perpiñán, ciudad en la que se escondió) como la persona que mató a golpes a Luis Bernal y que todo respondió a que querían robar la droga que este escondía en su casa. Paralelamente, la Policía trató de investigar a las otras dos personas que, supuestamente, intervinieron en el crimen. La vinculación de Luis Bernal y Alexandra Calmiciuc fue rápida, ya que ella fue contratada por el finado en varias ocasiones. Esa relación es la que lleva a pensar a los investigadores que ella es la «fuente» de información de que Luis Bernal guardaba droga en su casa.

Esta mujer, que fue detenida y puesta en libertad, completó la declaración de Brahim Nasri, señalando al otro rumano que hasta ese momento no había podido ser identificado: Vasile Carp, que, al parecer, le obligaba a ejercer la prostitución. «Siempre me preguntaba por los clientes, si tenían droga, me acompañaba a sus casas, pero yo no sabía que lo hacía con intención de delinquir», señaló ante los agentes.

Entre otros detalles, esta mujer describe que cuando estas personas entraron en la casa, Luis Bernal estaba dormido y que fue Vasile Carp quien le mató. También resaltó que sus compañeras prostitutas le dijeron, tras el crimen, que Vasile Carp se dedicaba «a entrar a casas a robar tras recibir determinadas informaciones de esos domicilios, acciones en las que participaban otros individuos también rumanos».

A todos ellos, defendidos por los abogados Olga Oseira, Javier Elía, Saúl Rubio y Javier Notivoli, les ha citado a declarar la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Zaragoza de cara a ampliar sus manifestaciones.