No es muy habitual ver a un confidente de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado sentado en un banquillo de los acusados, pero ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza lo compartió con diez personas más por, supuestamente, organizar una banda de narcotraficantes. Ante los magistrados, Isaac C.G. lo rechazó y se erigió como un "defensor de la patria" porque se infiltraba en organizaciones para delatarles luego.

Este hombre no dudó en señalar a otro de los procesados, Pablo L. A. , como el verdadero líder de este grupo criminal. Afirmó que el papel que fingía tener era el de "conseguir, mediante soborno, que guardias civiles miraran para otro lado cuando llegaran vuelos procedentes de Latinoamérica y que la entrega se efectuara correctamente".

La Fiscalía le reprochó que cobró por ello y este encausado, defendido por Jesús Pérez-Santander, manifestó que "debía recibir dinero para que no sospechara nadie".

También sacó pecho de que gracias a él se decomisaron 50 kilos de coca y se detuvieron a tres personas, si bien desde el ministerio público, apoyado por la declaración de los guardias civiles, se le rebajó su labor, mientras se afirmaba que "daba cuenta de los pequeños envíos porque recibía menos dinero". Por ello, solicitó para el ocho años y medio de cárcel.

RECHAZO

El resto de acusados mantuvieron una versión muy diferente a la de Isaac C.G., quienes le definieron como "un mentiroso" o "un fantasma", ya que no se creían que fuera confidente de la Guardia Civil cuando les proponía recibir "dinero de los fondos reservados".

La mayoría de ellos, como José Armando C. L. --que aceptó tres años de prisión-- o Vicente A. L. , defendidos por Javier Notivoli y Pedro Santisteve, destacaron les unía la "amistad" o que en alguna ocasión habían consumido drogas juntos.

La acusación apuntaba a que dos de ellos, Emilio G. B. y Laureano R. S., se hacían pasar por policías dentro de la banda, pero también lo negaron. Ambos, defendidos por Carmen Sánchez y Laura Vela, aceptaron tres años.

ADMISIÓN

Las únicas que admitieron los hechos, aunque sin señalar a nadie fueron las mujeres que actuaron como 'mulas' en el aeropuerto --Karina Johanna G. L. , Felicidad B. L. y Flavia O. T.-- Las dos primeras acordaron seis años de prisión y ser expulsada, respectivamente.