La conexión entre la autovía de Logroño y la Ronda Norte, conocida como Z-32, tampoco está iluminada. Además, este ramal inaugurado a finales del pasado mes de noviembre para descongestionar el acceso a Zaragoza desde la carretera de Tudela ni siquiera cuenta con farolas. "La Z-32 se puede convertir en un tramo peligroso porque soporta mucho tráfico desde que se abrió a la circulación y cada día recibirá más", denuncia Joaquín Tiestos, alcalde pedáneo de Monzalbarba, la localidad más cercana a la nueva infraestructura. La conexión mide sólo 3,5 kilómetros, pero presenta un trazado bastante complicado, dado que cuenta con rampas, curvas y varios puentes o pasos elevados.