Las agrupaciones memorialistas de Zaragoza ya disponen de un espacio fijo en la ciudad para realizar actividades y prestar sus servicios. La antigua comisaría del barrio de Torrero se inauguró ayer como Casa de la Memoria Histórica para servir de acomodo a las personas que trabajan en la atención a las víctimas del franquismo siguiendo el ejemplo de la Oficina de Atención que durante sesis meses prestó sus servicios en el consistorio.

Las primeras agrupaciones que se instalarán en el local de la avenida América serán la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón (Armha), Asociación por la Recuperación e Investigación contra el Olvido (Arico) y la Asociación de Bebés Robados de Aragón. En todo caso, el espacio está abierto a cualquier otro organismo que lo solicite, como la Fundación Bernardo Aladrén, que posiblemente será la siguiente en sumarse a la nómina.

El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, aseguró que la cesión pretende «contribuir» a un necesario ejercicio de memoria histórica. «Un país que se instala en el olvido es un país mutilado en su conciencia», afirmó. El local de la antigua comisaría, que aún no ha sido totalmente reformado, se cederá gratuitamente a las asociaciones durante cuatro años. Los vecinos de Torrero habían reclamado en más de una ocasión que se le diera un uso público a la infraestructura.

«DECISIÓN COMPARTIDA»

La cesión ha sido fruto de una «decisión compartida» entre ZeC, PSOE e IU, según expresó el concejal de Economía y Cultura, Fernando Rivarés. «No es casualidad que este centro se ubique en Torrero, un barrio reivindicativo, y cerca de la antigua cárcel y el cementerio, donde tantos hombres y mujeres fueron fusilados por pertenecer a un partido político o a un sindicato, o simplemente defender sus ideas», aseguró.

Las agrupaciones que van a formar parte de este espacio todavía no han definido con precisión los usos definitivos. Por el momento han instalado una exposición de fotografías de fosas comunes y próximamente comenzará a realizar charlas, mesas redondas y proyecciones. Además, mantendrán la atención a las víctimas y diversa asesorías.

El presidente de Armha, Enrique Gómez, recordó que la falta de medios y financiación de muchas de estas agrupaciones las obligaba a disponer de precarios espacios de almacenamiento, siempre dependientes de favores de terceras personas. Y explicó que en muchas ocasiones las entrevistas con los familiares de los fusilados durante la guerra civil las tenían que realizar en cafeterías. «Ahora existirá un espacio bajo el logotipo de una institución oficial», celebró.

RESTOS ÓSEOS

El presidente de Arico, Miguel Ángel Capapé, señaló que una buena parte del espacio que les corresponde se destinará a conservar los restos óseos que han podido recuperar durante las últimas exhumaciones, de forma que la forense de su asociación dispondrá de un local en condiciones para efectuar las labores de identificación de los restos, un paso fundamental antes de la entrega a los familiares y la completa reparación.

La portavoz de la Asociación de Bebés Robados de Aragón, Teresa Larrosa, anunció que desde el local «continuarán con el estudio y el cruce de datos para ayudar a esas personas a buscar sus orígenes», pues durante el franquismo muchas de aquellas mujeres fueron tachadas de «locas».

La inauguración del recinto, en la que estuvieron presentes representantes de ZeC, PSOE e IU, se cerró con una actuación del Coro Libertario de Torrero interpretando canciones relacionadas con la guerra civil.