El Ministerio de Industria todavía no tiene decidido dónde ubicará la primera fábrica de baterías para vehículos eléctricos que pretende desarrollarse gracias a un consorcio entre el Estado, Seat e Iberdrola. La titular de esta cartera, Reyes Maroto, así se lo aseguró ayer al presidente del Ejecutivo aragonés, Javier Lambán, después de que este llegara a lamentar que el Gobierno de España eligiera Cataluña. El malentendido se inició después de que la propia ministra anunciara que el proyecto busca que «fabricantes como Seat cuenten con una planta de baterías cerca».

Lambán recordó ante los medios de comunicación que el Gobierno autonómico que preside fue el primero que manifestó su interés por la instalación de esta pionera infraestructura en su territorio y que incluso una delegación de la DGA, con los consejeros de Economía, Marta Gastón, y de Agricultura, Joaquín Olona, se desplazó a China para contactar con los fabricantes de estas baterías eléctricas que, por el momento, se fabrican «prácticamente solo en Extremo Oriente». La comunicación entre Maroto y Lambán vuelve a reavivar las esperanzas de que Zaragoza sea la elegida y por ello varios miembros del Gobierno de Aragón se han marcado en la agenda impulsar contactos para evitar que no se implante en otra comunidad que no sea la aragonesa, según fuentes de la DGA.

En 2018 Lambán inició los contactos con China EV100, una plataforma que reúne a diferentes agentes del sector en el país asiático, con el objetivo de atraer inversiones para materializar sus planes. Pero Zaragoza no es la única provincia que puja por quedarse con esta fábrica, sino también Valencia y Cáceres. Con este proyecto se pretende desarrollar un conjunto de actuaciones que garanticen que existan en España las infraestructuras, instalaciones y mecanismos necesarios para fabricar de forma autónoma y competitiva un vehículo eléctrico conectado completo. Hasta ahora se depende de China. A finales de febrero, en el tercer aniversario de Cupra, Wayne Griffiths, presidente de Seat y Cupra, reconoció negociaciones con el Gobierno para producir un vehículo eléctrico en el país. Griffiths exigió ayudas y una apuesta decidida por la electrificación. Según dijo, en las próximas semanas se confirmará la producción de un eléctrico en su planta.

También malestar en Cáceres

Pero Lambán no fue el único dirigente molesto con el malentendido provocado por Maroto. El alcalde de Cáceres, el socialista Luis Salaya, aseguró que esta fábrica «no se nutrirá de litio extraído de minas extremeñas porque «no» se permitirá que se «condicione y sacrifique el futuro de una ciudad extremeña, nuevamente, por el desarrollo industrial de otras zonas del país».

Cáceres es uno de los objetivos de las empresas mineras para extraer litio de la conocida como La Montaña, un proyecto al que el ayuntamiento se opone porque considera que esta mina a cielo abierto a dos kilómetros del caso urbano no es viable.