La noche de fin de año transcurrió sin graves incidencias en la capital aragonesa. En un día tan especial como nochevieja es habitual la gran afluencia de personas en los locales de fiesta y discotecas.

Uno de los pocos percances que se produjeron en la noche tuvo lugar en el Auditorio de Zaragoza, cuando se produjo una aglomeración en el guardarropa en el momento en el que acabó el cotillón que allí se celebraba. Sin embargo todo quedó en un susto y no hubo que lamentar heridos ni detenidos.

Otro pequeño incidente ocurrió durante las primeras horas del nuevo año, cuando se produjo un choque del tranvía con un vehículo a la altura de Fernando el Católico. Algunos ocupantes del tranvía cayeron al suelo tras el fuerte frenazo para evitar la colisión con el turismo pero no hubo heridos graves ni víctimas mortales. A pesar del accidente, la línea del tranvía no tardo en restablecerse.

Por la mañana, los cristales rotos, la basura y la suciedad de las calles reflejaban el ambiente festivo de la noche. Por ello, los operarios de las brigadas de limpieza comenzaron el año trabajando y a las 10 de la mañana las principales calles de la capital ya estaban limpias. Por ellas transcurrían jóvenes ciudadanos que volvían de fiesta, madrugadores que paseaban, corredores que comenzaban el año haciendo deporte y también hubo quien aprovechó el día festivo para hacer turismo desde primera hora.