Utilizar los residuos orgánicos que se generan en casa o en el campo para convertirlos en abono. Así podría resumirse el proceso de compostaje que desde el Ayuntamiento de Zaragoza, a través de un convenio con CCOO, van a poner en marcha. Durante el primer trimestre del año está previsto que se comiencen a repartir los primeros composteros -depósito utilizados- domésticos en algunos barrios, y se creen espacios comunitarios donde habrá varios depósitos destinados a este fin, que lo que hace es imitar el proceso natural de formación del humus, fruto de las descomposición de los restos vegetales y de animales.

El barrio rural de La Cartuja va a ser el primero en crear composteros comunitarios. Su alcalde, José María Lasaoa, explicó que se van a habilitar tres zonas: en el colegio, donde el abono resultante se utilizará para el huerto que mantienen los estudiantes, un espacio de potreros de más de 64 metros cuadrados y la zona de huertos que hay en las inmediaciones. Estarán valladas y cerradas para evitar que los animales se cuelen y solo podrán acceder aquellos vecinos que se comprometan con el proyecto ya que, si se arrojan restos que no son orgánicos, el proceso no sirve de nada.

Ya hay más de un centenar de personas interesadas y familias con jardín o terrenos que han solicitado un compostero individual. Todos firman un acuerdo con el ayuntamiento responsabilizándose de cumplir con todos los pasos a seguir durante todo el proceso, de más seis meses de duración. El compromiso es de tres años y los usuarios aceptan someterse a un control rutinario de los técnicos para poder certificar que se está cumpliendo con los requisitos.

El consistorio destina 150.000 euros a este proyecto (a propuesta de CHA) que trata de seguir los pasos de Pamplona, una ciudad muy avanzada en cuanto al tratamiento de los residuos. Por ahora se han realizado talleres informativos en La Cartuja, Peñaflor, San Juan de Mozarrifar, Santa Isabel, La Jota y Parque Goya. Según explicó el secretario de Salud Pública Laboral y Medio Ambiente, Luis Clarimón, encargado del proyecto, los cursos de formación han tenido una gran acogida y cada vez hay más interesados. Explicó que están dirigidos a un público que vive en unifamiliares o que es propietario de huertos y terrenos por una razón sencilla, los composteros tienen que estar sobre tierra. Tienen una capacidad mínima de 300 litros y el consistorio se encargará de proporcionarlos y distribuirlos.

Se trata de una prueba piloto que no pase más de medio año no podrá valorarse. Será cuando los primeros usuarios obtengan el resultado del proceso del compostaje y se pueda analizar el abono resultante.