El teniente de alcalde de Urbanismo, Infraestructuras, Vivienda y Equipaciones del Ayuntamiento de Zaragoza, Carlos Pérez Anadón, mostró ayer su rechazo a la reforma de la Ley de Urbanismo de 2009, cuyo anteproyecto fue aprobado ayer por el Gobierno Aragonés. Para Anadón esta nueva ley supone "volver a lo que ya hizo José María Aznar en 1998" y que llevó a este país a especular y a "caer en la burbuja inmobiliaria".

El edil se remitió a los antecedentes, y explicó que el Gobierno Local emitió 108 propuestas de reforma tras ser consultado por el gobierno aragonés, sin obtener ninguna atención. "Eran cuestiones técnicas, administrativas y jurídicas".

De hecho, uno de los mayores problemas que ve Anadón en esta nueva legislación es que "ya no hay límites" para urbanizar y que con esta modificación solo se fomenta la creación de viviendas y la reducción de equipamientos y zonas verdes. "Van a conseguir una mayor densidad de población en la ciudad". Por otra parte, también mostró su oposición a que los ayuntamientos ya no puedan proteger el suelo rústico. "Dentro de poco podremos ver industrias en las zonas de huerto tradicional".

Para intentar solventar algunos de estos puntos, el consejero anunció que trabajará conjuntamente con el resto de partidos, a los que ya ha comunicado su intención de reunirse. Su objetivo es que el consistorio consiga "ser capaz de defender la autonomía municipal" y poder dotar a los zaragozanos de las equipaciones necesarias.