El Ayuntamiento de Zaragoza quiere recordar y homenajear a todas las personas que han sufrido un atentado. De la mano de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), va a colocar una placa conmemorativa en los emplazamientos en los que tanto ETA como los GRAPO azotaron a la ciudad y se cobraron la vida de varias personas.

De los diez atentados que ha sufrido la ciudad, hay varios lugares que ya lucen su distintivo en recuerdo a las víctimas, como San Juan de los Panetes, la Casa Cuartel de la avenida Cataluña o el banco donde los GRAPO secuestraron a Publio Cordón.

El alcalde, Jorge Azcón, junto al resto de grupos municipales, ha firmado un nuevo protocolo con la AVT por el que el consistorio se compromete a invertir 15.000 euros para la colocación de estas placas en recuerdo de las víctimas y «conmemorar la memoria de los héroes de la democracia». «Por desgracia, Zaragoza ha sido especialmente golpeada por el terrorismo durante muchos años y es hora de dar un paso más en dignificar la memoria de las víctimas», ha dicho el primer edil, que se ha comprometido a aumentar cada año la partida y a «conmemorar un atentado en el que la ciudad fue víctima de la barbarie terrorista».

DAR VOZ

La presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Maite Araluce, ha explicado que desde la entidad además de la «atención psicológica y social» también se encargan de dar voz a las víctimas, «más ahora que vemos cómo muchas veces se da voz a terroristas en distintos sitios, es bueno que se oiga a las víctimas y el verdadero relato del terrorismo en España». Está previsto que la capital aragonesa albergue una exposición sobre los 50 años de terrorismo. Es la primera vez que Zaragoza firma este protocolo, que se revisará anualmente para poder «recuperar la memoria de las víctimas con la dignidad», ha apuntado Azcón.

Según el listado de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), los diez lugares en los que se ha producido un atentado terrorista en Zaragoza son el antiguo Consulado, donde perdió la vida Roger de Tur, del Colectivo Hoz y Martillo, en 1974; la calle Capitán Portoles, donde falleció Jesús Argudo a manos del Frente Revolucionario Antifascista Vascoaragones (la Audiencia Nacional cuestionó que fuese un acto terrorista); la intersección entre Martín Ruízanglada y Gran Vía (5), donde los GRAPO asesinaron a Luis Constante Acín, coronel del Ejército del Aire en 1980; la Casa Cuartel de la Guardia Civil en la avenida Cataluña (2), donde ETA se cobró la vida de once personas (seis menores) en 1987; la Iglesia de San Juan de los Panetes, donde ese mismo año atentó contra un autobús de la Academia General Militar (6); el paseo Constitución, donde los GRAPO mataron a José Ramón Muñoz en 1990 (7); la plaza de las Madres de Mayo (8), donde en 1993 asesinaron a Manuel Escuder; el banco ubicado en el paseo del Canal donde secuestraron a Publio Cordón en 1995 (1); la calle Cortes de Aragón, lugar del atentado de Gimenez Abad (3); y el garaje de Cervantes donde Ana Isabel Herrero murió a manos del GRAPO (4).