El Consorcio de Transportes del Área metropolitana de Zaragoza (CTAZ) impulsará a partir de septiembre un ambicioso proyecto orientado hacia la movilidad ciclista y la intermodalidad en la capital aragonesa y su entorno más próximo. Se trata, según explicó su director gerente, Juan Ortiz, de tejer una red de estacionamientos seguros para bicicletas que pasa por recuperar algunos de los que ya existen, crear otros nuevos y, lo que es más novedoso, sondear la disponibilidad de aparcamientos subterráneos de la ciudad (con concesión municipal y de explotación privada) y de locales vacíos, públicos y de particulares, para habilitar espacios donde dejarlas. Un servicio que persigue diferentes objetivos en función de la ubicación y que se prevé tener terminado a final de año mientras se ejecutan las primeras inversiones.

Estas pasan, por ejemplo, por construir el primer estacionamiento seguro en superficie en un solar de Valdespartera, próximo a la parada del tranvía de Cantando bajo la lluvia que «pueda dar servicio a los vecinos que residen en Arcosur, Montecanal o Rosales del Canal», explicó Ortiz. Estas instalaciones, «en su estreno este año» contarán «con unas 20 plazas» pero con perspectiva de ir aumentando en el futuro «hasta las 100».

GRATUITO

La ventaja de este nuevo estacionamiento para bicicletas es que «será gratuito para quienes utilicen el tranvía», es decir, que estará dotado con un sistema que pueda reconocer dispositivos como la tarjeta ciudadana, la actual y la nueva que se va a implantar para no empadronados y que usarán en el área metropolitana, o las actuales para el transporte, de manera que el sistema identifique que el aparcamiento se ha utilizado para acercarse al eje del tranvía. La llamada intermodalidad en su sentido más práctico para los barrios del sur de Zaragoza, ubicados en un radio de dos kilómetros o menos y con unas lanzaderas de bus que prestan un servicio quizá insuficiente en horarios y frecuencias.

Está previsto por parte del CTAZ sacar a licitación las obras «en septiembre» y, en paralelo, también realizar las obras de reparación de los dos estacionamientos subterráneos ya existentes en Zaragoza y que están actualmente fuera de servicio. Uno de ellos en la céntrica plaza San Pedro Nolasco, sin funcionar desde el 2004 porque tras crearlo apenas era usado porque no existía la demanda potencial que ahora sí se da en la capital. El otro, junto al campus universitario de San Francisco, anulado el año pasado para, precisamente, poner en marcha este proyecto y actualizar sus sistemas informáticos, para adaptarlos a la tarjeta ciudadana en el futuro.

El objetivo de ambos es el segundo gran reto que se pretende para este plan de estacionamientos seguros para bicis: ofrecer una aparcamiento de rotación en la ciudad en un entorno de gran afluencia. Personas que trabajan o estudian cerca de esos estacionamientos podrían beneficiarse de estos puntos de aparcamiento seguro y así favorecer la movilidad ciclista como medio de transporte habitual.

En esta línea de trabajo se van a estudiar otros emplazamientos en la ciudad, mientras finaliza la reparación de los existentes en Nolasco y el campus, para exportar el modelo a otros barrios. Resucitar el denominado Biceberg o apostar por una especie de zona azul controlada para ciclistas. En este sentido gira también el tercer gran objetivo: zonas seguras donde guardar la bicicleta por las noches. A caballo entre los dos se entronca esa posibilidad novedosa de «hablar con párkings subterráneos de la ciudad o locales, privados o públicos, vacíos donde dejar la bici y esté vigilada.