la crisis sanitaria y económica provocada por el coronavirus ha golpeado con especial dureza a las familias, no solo a las empresas, y la situación derivada del parón de la actividad, los ERTE y todas las consecuencias negativas del estado de alarma y la pandemia en general se ha traducido en un incremento espectacular de las solicitudes de auxilio a la Administración más cercana al ciudadano, los ayuntamientos. Y eso es lo que explica que actualmente, de enero a julio de este año, una ciudad como Zaragoza ya haya duplicado las ayudas solicitadas y concedidas solo para alimentación, para algo tan básico como tener comida, que es el indicador más próximo a la exclusión social.

Se ha hablado mucho de las llamadas colas del hambre, personas que acudían a cualquier entidad que ofreciera donación de alimentos, pero las llamadas ayudas de urgente necesidad, que otorga el consistorio, han pasado de las 13.968 que se solicitaron en el 2019 a las 26.332 que se han pedido en el mismo periodo de este dramático 2020, de las 13.161 que se concedieron el año pasado a las 25.440 que llevan otorgadas en el actual ejercicio.

La alimentación siempre ha sido el puntal más importante de estas ayudas urgentes que ofrece el consistorio, pero los datos oficiales arrojan un balance demoledor en cuanto a la proporción que ahora representan. El 89% del total que se conceden son para comer. Y eso significa no solo la necesidad acuciante de las familias que se benefician, sino que también son muchas más las que la padecen. Y de eso también hay cifras sobrecogedoras: han aumentado un 80% en lo que va de año. Más concretamente, de enero a julio del 2019 acudieron a los servicios sociales municipales 9.478 hogares de Zaragoza, y en ese mismo periodo de este año ya van 15.235. Para repartir las 28.313 ayudas concedidas por el consistorio, que son casi 1.700 menos de las 29.956 pedidas. El porcentaje de admisión también ha bajado ligeramente. Y llama también la atención que de esas más de 28.000 otorgadas, 25.440 fueran para alimentación.

Pero todas estas cifras no se entenderían sin comprobar el efecto en la fría estadística que ha tenido la propia pandemia. Los datos desde el 14 de marzo, fecha en que el Gobierno central decretó el estado de alarma en todo el país, hasta el 31 de julio constatan la influencia tan decisiva que ha tenido en esta duplicación de las solicitudes de ayuda urgente. En total se han pedido, en solo cuatro meses y medio, 22.125 y se han concedido 21.341, de las que eran para alimentación 21.505 y 20.908, respectivamente. Es decir, ocho de cada diez eran para poder comer durante la pandemia. En ese mismo periodo del 2019 en total se habían tramitado 15.514, 6.500 menos que este año, y se adjudicaron 14.423, casi 7.000 menos, pero es que para comida se habían pedido 9.056 y se habían otorgado 8.523, que ya son unos 12.500 menos que en el actual ejercicio.

Y esa demanda de auxilio se ha traducido también en un mayor esfuerzo económico para las arcas del ayuntamiento, que de seguir en esta senda podría acabar el año teniendo que implementar la partida para las ayudas de urgente necesidad. No habrá dinero suficiente para cubrir los cinco meses que faltan para acabar este dramático 2020. Y es que los 6,22 millones de euros que de enero a julio del 2019 se llevaban gastados se han convertido en 6,98 en lo que va de 2020, un 12,21% más, de los que son 5.768.780 euros han sido para procurar esa alimentación que se le reclamaba, una cuantía que sí se ha duplicado este año, ya que en ese mismo periodo del 2019 se llevaban destinados 3.005.000.

Pero el periodo de marzo a julio ha sido más que decisivo, se ha incrementado el dinero invertido en un 143%, ya que si el año pasado la factura para alimentos era de 1,94 millones, en este ejercicio ha supuesto 4,74. Así se explica que en el global de ayudas los pagos realizados hayan ascendido de 3,99 millones a 5,04 este 2020.

Por contra, otras ayudas se han desplomado. Como las del alquiler, que de 2.328 solicitudes de marzo a julio del 2019 y 2.101 concedidas (3.589 desde enero), han pasado a ser solo 322 y 232, respectivamente, este año (1.327 en siete meses). O para pagar la luz, que han pasado de 1.181 el año pasado a solo 75 este (1.956 y 578, respectivamente, de enero a julio).