Zaragoza cada vez está más cerca de acoger una parada del llamado nuevo tren de la seda, la línea ferroviaria más larga del mundo y que permitiría impulsar las relaciones comerciales entre Aragón y China. De hecho, el tren Yixinou parará el 20 de noviembre en Zaragoza en la primera prueba sin carga de un nuevo trayecto diseñado para España. El presidente del operador Timex, Timmy Feng, anunció ayer en China a la consejera de Economía de la DGA, Marta Gastón, que la compañía está estudiando cambiar el trazado de la ruta en España. El nuevo recorrido que plantean, y que inició su trayecto el pasado 2 de noviembre, tendría parada en el puerto de Barcelona, la plataforma logística de Zaragoza y Madrid.

El siguiente paso será analizar los resultados de la prueba y «buscar las posibilidades para construir una parada en Zaragoza», explicó Feng a la consejera.

El presidente del operador calificó de «muy importante» la posibilidad de que el tren realice paradas en Zaragoza y destacó las buenas relaciones mantenidas en los últimos años con Plaza y el Gobierno de Aragón. Además, Feng dejó la puerta abierta a nuevas colaboraciones en el futuro en materia logística con la comunidad aragonesa.

El Ejecutivo autonómico liderado por Javier Lambán, que hoy finaliza su viaje institucional a China, lleva dos años intentando impulsar este proyecto para que Plaza acoja una parada del nuevo tren de la seda. De hecho, Lambán firmó en marzo del 2016 un convenio con el secretario general del Partido Comunista de la ciudad de Yiwu, Sheng Qiuping, para que Zaragoza no se quedara fuera de la que es la línea ferroviaria más larga del mundo.

La que se denomina la Nueva Ruta de la Seda recorre el trayecto entre Yiwu y Madrid a lo largo de 13.052 kilómetros y 21 días, atravesando ocho países: China, Kazajistán, Rusia, Bielorusia, Polonia, Alemania, Francia y España, adonde entra por Irún. La línea, que empequeñece los 9.259 kilómetros del mítico Transiberiano, unió por primera vez ambas ciudades en noviembre del año 2014.

MÁS RÁPIDO QUE EL BARCO

La línea reduce la dependencia del transporte por mar y aire, ya que el tren es más rápido que el primero (tarda unos 30 días), y mucho más barato que el segundo. Por eso sus responsables, que esperan convencer a muchos a pesar de que sus costes son un 20% más altos que por barco, señalan que la ruta es idónea para productos perecederos, como podrían ser los derivados del porcino, la alfalfa o la fruta de hueso.

La delegación aragonesa en China, encabezada por Gastón y el consejero Joaquín Olona, participó ayer en un acto oficial sobre el citado tren en el que se analizó el impacto geoestratégico y comercial de la conexión entre Asia y Europa.