Zaragoza generó el año pasado 207.759,64 toneladas de basura, la cifra más alta de los últimos cinco años, un 3,4% de crecimiento en un lustro y, en definitiva, 10 millones de kilos más que en ese momento. La recuperación económica, según los expertos, es la que está haciendo que los contenedores se llenen más. Y esta es solo una forma de constatarlo. Aunque, si eso es así, la capital aragonesa lleva cinco años consecutivos levantando cabeza, porque ha aumentado su capacidad de producir residuos con respecto al 2013, cuando se contabilizaron 197.003,45 toneladas, el mínimo histórico en la secuencia de los últimos once años.

Estos son los datos oficiales que registra la contrata, que sigue recogiendo a diario con 28 brigadas. Mismo personal para cifras que siguen en ascenso durante cinco años consecutivos. Aunque el pasado solo representa un crecimiento del 0,41% con respecto al anterior, un 2016 que se cerró con 206.903,04 toneladas. En el 2015 fueron 203.274,76; en el 2014, un total de 199.054,44; y en el 2013, 197.003,45 toneladas.

LEJOS DE LA BONANZA // Sin embargo, estas cifras siguen lejos de los años de bonanza económica. Por ejemplo hace diez años, cuando la ciudad estaba en máximos. Cuando los equipos de la contrata recogían de los contenedores 243.245,88 toneladas, 36.000 más que ahora. O como en el 2008, que siendo el año de la Expo, se alcanzaron las 234.690,23 toneladas, casi 9.000 menos que el año anterior pero 27.000 más que ahora. Así, no deja de ser llamativo que lo que la capital aragonesa dejó de recoger de las calles en un año entonces, ha tardado cinco en recuperarlo ahora, tras los peores años de la crisis.

Sin embargo, esa caída en la estadística entre el 2009 y el 2012 comenzó de forma abrupta el primer ejercicio, pasando de esas más de 234.000 toneladas del 2008 a las 218.896,76 que hubo al año siguiente. A partir de entonces, descenso progresivo hasta esas poco más de 197.000 toneladas del 2013 (214.377 en el 2010, 211.602,70 en el 2011 y 203.169,47 del 2012). Así, la capital aragonesa parece estar en plena remontada.

Y está a las puertas de iniciar la recogida de materia orgánica, que estará en fase experimental antes del verano en el Actur y el casco Histórico, que prevé reutilizar un mayor volumen de residuos pero que, según los responsables de este proceso, no se prevé que eleve la estadística anual.

Al menos podrá mejorar los datos de reutilización, que hoy tienen un avance desigual entre los residuos que se reciclan. Así, los envases ligeros y plásticos (contenedor amarillo) y el vidrio (el verde) aumentan, y el cartón (el azul) acumula ya varios años de caída libre, presumiblemente afectados por los hurtos que también sufren los depósitos.

En el caso de los envases ligeros, el crecimiento en el último año ha sido del 3,07% con respecto al 2016. Se recogieron un total de 8.749.480 kilos en el contenedor amarillo, lo que representa la cifra más alta desde el 2011, cuando 8,72 millones de kilos. Zaragoza se sitúa poco más de 130.000 kilos de su récord histórico, en el 2009, cuando se alcanzaron los 8.883.900. En el 2013 descendió hasta el mínimo de 8.090.500 y, desde entonces, no ha parado de crecer.

En el caso del vidrio, los 7.749.080 kilos retirados en el 2017 son la cifra más alta desde el 2011 (7,72 millones). Y confirma la tendencia ascendente, más de 300.000 sobre el 2016 (hubo 7,42 millones) y cuarto año consecutivo aumentando.

En el azul del papel y cartón, se recogieron 12.476.900 kilos, apenas 139.290 menos que el año anterior pero que continúa una progresión que acumula ocho años en caída libre. Desde que en el 2009 se alcanzaran los 20.870.058 kilos recogidos no ha habido un solo repunte.