Las historias de los zaragozanos que fueron represaliados por el franquismo serán escuchadas en una oficina municipal que se abrió ayer en el edificio Seminario del Ayuntamiento de Zaragoza. En el espacio, un equipo de voluntarios provenientes de distintas asociaciones memorialistas, atenderá a las víctimas para recabar un amplio número de testimonios con los que dar cuerpo a una querella por los crímenes contra la humanidad que se cometieron durante la guerra civil y en la represión de la dictadura.

El alcalde de la ciudad, Pedro Santisteve, defendió esta iniciativa con el objetivo de «poner fin a la impunidad del franquismo». Con el voto de los partidos de izquierda el pasado mes de diciembre del 2015 se le dio el visto bueno a esta oficina (estará abierta hasta el 23 de diciembre por las tardes de lunes a jueves) que recoger materiales de primera mano para «construir un relato frente a la desmemoria», según indicó el regidor. Este espacio estará gestionado por voluntarios de las asociaciones memorialistas y atendido por miembros de la Asociación Libre de Abogadas y Abogados de Zaragoza.

A partir de los testimonios y la documentación que vaya recogiendo y analizando la oficina se intentará «delimitar el periodo temporal y los crímenes que pueden formar parte de una futura querella». Ese material aportado gracias a la colaboración de víctimas y familiares, organizaciones memorialistas e investigadores permitirá posteriormente redactar el informe base para la querella municipal para posteriormente redactarla jurídicamente y tramitar el proceso judicial. Dependiendo de la entidad de las voces aportadas se sumarán a la llamada Querella Argentina o se procederá a un nuevo litigio.

libro recopilatorio / El concejal de Cultura, Fernando Rivarés, indicó además que todos los testimonios recogidos servirán para elaborar un relato en forma de libro y formará parte del archivo de la memoria histórica. «Si no promovemos una cultura que recupere la memoria no estamos haciendo una cultura de presente», indicó. Por el momento el departamento dotará con 20.000 euros esta iniciativa.

Las agrupaciones de memoria histórica que han trabajado junto al consistorio para dotar de cuerpo a esta iniciativa (Armha, Arico, el Foro de la Memoria, la Fundación Bernardo Aladrés o la Asociación de Bebés Robados, entre otras) alertan de que queda «poco tiempo» para recoger los testimonios. Por ese motivo creen necesario ampliar el plazo más allá de diciembre. «Estamos hablando de hechos que también atañen al presente», afirmó la portavoz de Armha, Mercedes Sánchez.

Los abogados que analicen los diferentes testimonios tendrán que buscar «elementos probatorios» para acreditar los crímenes que se cometieron tras la guerra civil. El representantes de la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina (Ceaqua), Chato Galante, asumió que no quedó «ni un crimen por cometer» y aventuró una larga lista de historias dolorosas que van desde la tortura al robo de bebés, pasando por el expolio, el fusilamiento o la humillación.