Zaragoza no dejará caer en el olvido a los 62 militares, 21 de ellos destinados en Aragón, que en mayo del 2003 perdieron la vida al estrellarse en Turquía el avión ucraniano en el que regresaban de realizar misiones humanitarias en Afganistán y Kirguizistán. Para empezar, ayer fue inaugurado por el alcalde de la ciudad, Juan Alberto Belloch, un parque memorial en el paseo de la Constitución. Además, el consistorio ha tomado la decisión de dar a siete nuevas calles del barrio de Miralbueno, en el solar del antiguo cuartel de San Lamberto, el nombre de otros tantos fallecidos que nacieron en Zaragoza y perdieron la vida en la mayor tragedia del Ejército español.

La subsecretaria de Defensa, Soledad López Fernández, que finalmente asistió a mediodía a la inauguración del memorial, anunció que todos los militares fallecidos serán ascendidos en mayo a título honorífico, mediante un real decreto que se firmará cuando se cumpla el cuarto aniversario del accidente aéreo que les costó la vida.

La responsable de Defensa avanzó además que una población de la provincia de Burgos, donde residían veinte de las víctimas del siniestro, se dispone a levantar otro monumento en su memoria.

La inauguración del memorial a las víctimas del Yak-42 fue un acto muy emotivo en el que los más de 80 familiares de víctimas que vinieron ayer a Zaragoza desde todas las comunidades españolas no pudieron contener las lágrimas. Especialmente emocionante fue el momento en que parientes de los fallecidos y miembros de las instituciones aragonesas depositaron 62 rosas blancas (una por cada muerto) ante el monumento, mientras sonaban los acordes del Adaggio de Albinoni, interpretado por el Grupo Elegía.

La ofrenda floral tuvo lugar sobre las 13.30 horas, pero previamente, en una recepción concedida en el ayuntamiento a las familias de las víctimas, el alcalde Juan Alberto Belloch les comunicó que siete nuevas calles de Miralbueno y el antiguo cuartel de San Lamberto llevarán los nombres de los militares nacidos en Zaragoza que perdieron la vida en la tragedia aérea. Se trata de los viales David González Paredes, Santiago Gracia Royo, Sergio López Saz, Ismael Hipólito Lor Vicente, José María Muñoz Damián, Alberto Antonio Mustienes Luesma y Carlos Oriz García.

"Nuestra ciudad siempre está emocional e históricamente vinculada con las Fuerzas Armadas y por eso sintió que debía un reconocimiento muy especial a los militares del Yak-42", declaró el alcalde de Zaragoza, que habló a continuación del "proceso particularmente aciago de recuperación e identificación de los cadáveres".

La subsecretaria Soledad López señaló que el del Yak ha sido "el accidente más grave" que ha sufrido el Ejército de España en sus misiones de paz, según recoge la agencia Efe.

Soledad López recordó que no solo murieron 21 militares con base en Zaragoza, sino también 40 militares del Ejército de Tierra, 20 de ellos destinados en la base Cid Campeador de la localidad burgalesa de Castrillo del Val, y de otras provincias. También murió un agente de la Guardia Civil, dijo la subsecretaria, quien insistió en que "no los vamos a dejar caer en el olvido".

"NUESTROS HÉROES" Por su parte, el portavoz de la Asociación de Víctimas del Yak-42 en Zaragoza, José Antonio Gracia, agradeció a la capital aragonesa el haber organizado "el mejor homenaje" que se puede rendir a los fallecidos.

"Como familiares de los 62 militares, siempre sentiremos a la ciudad de Zaragoza mucho más cerca y desde el corazón, por cómo ha tratado a nuestros héroes", afirmó Gracia.

El portavoz de las víctimas hizo asimismo una velada referencia a las dificultades con que se está enfrentando la investigación penal del accidente. "Ojalá que este ejemplo de valentía se traslade a todas las instituciones, para que de una vez por todas asuman las responsabilidades y las familias podamos cerrar este capítulo", subrayó.

El acto de inauguración del monumento congregó a las primeras autoridades civiles y militares de la comunidad autónoma. El presidente de la Diputación General de Aragón, Marcelino Iglesias, estuvo presente, así como una nutrida representación del consistorio zaragozano, y todos ellos se fundieron con los familiares de las víctimas al término del acto oficial.