El Ayuntamiento de Zaragoza ya tiene todo a punto para impulsar uno de los proyectos estrella de la legislatura que está a punto de finalizar. La capital aragonesa aspira a comprar directamente la energía en el mercado y ya tiene todos los mimbres para impulsar las «pruebas virtuales» de forma inminente. La empresa que las realizará, Sistemas Urbanos de Energías Renovables (Urbener) es la única que se presentó al concurso público y a la que se le ha adjudicado por 235.000 euros (IVA no incluido). Su reto, hacer un análisis exhaustivo de costes y ahorros posibles, con el objetivo de tomar una decisión en septiembre de cara a que el consistorio compre directamente la electricidad para el alumbrado, sus equipamientos, los semáforos o la energía para la calefacción.

Zaragoza se dará de alta como Consumidor Directo de Mercado y Urbener será quien le represente. Aunque hay dos fases previas: la primera, «la implantación de los sistemas informáticos necesarios para gestionar los contadores de energía y realizar una compra virtual durante dos meses para hacer comprobaciones y ver los informes»; y una segunda, en la que «realizar contratos bilaterales con entrega física de energía», explicó la adjudicataria.

120 GIGAVATIOS AL AÑO

Se maneja una estimación inicial de ahorro «del 10% al 15%», aunque hay que medir muy bien las consecuencias y la operatividad de esta nueva forma de abastecerse. Por ejemplo, según explican desde el Servicio de Conservación de Arquitectura, Energía e Instalaciones, «se pasaría de pagar cada mes como se hace ahora a cada semana». Un esfuerzo que afecta al área de Economía y un modelo que no admite demoras en el pago. Pero posible.

Los tests, centrados en hacer simulaciones de compras en base a un volumen estimado y al mejor coste posible de los que se oferten en el mercado energético español, comenzarán de forma inminente. Cuando se culmine lo que se denomina la «huella eléctrica» de la ciudad, un consumo detallado que ronda los «120 gigavatios al año» en global. Así, se trataría de simulaciones, planificar facturas virtuales y analizar a continuación las posibles desviaciones que se produzcan sobre las estimaciones iniciales. «Para ver qué ajustes hay que hacer e ir afinando», explicaron los técnicos municipales, para quienes la compra directa en el mercado «a priori será ventajosa» para la ciudad pero que no se debe desdeñar otros gastos que pueden ir añadidos, por ejemplo si hay que reforzar con más personal en el área económica municipal.

PRÓRROGA DEL CONTRATO

«Cinco meses serán suficientes para tener garantías de que el sistema de pago es operativo y el coste y ahorro real que va a tener». «Podría darse el caso de que no fuera bien, pero aún contamos con un año más de prórroga en el contrato. Si en agosto o septiembre vemos que no da mucho margen, no se hará», añadieron. La primera prórroga ya culminó el año pasado y los efectos en la factura se dejan notar. Zaragoza contaba con un contrato que ha permitido en los últimos años (desde noviembre del 2016) tener una tarifa fija por la luz que abastece al alumbrado, a los equipamientos y otras instalaciones municipales, en un mercado muy volátil y al alza. Sin ella, ahora el coste «se incrementa en unos dos millones al año», que se prevé amortiguar con otras medidas de eficiencia energética.

Pero es un encarecimiento a evitar, sobre todo por todo el esfuerzo de los últimos años, que ha permitido bajar la factura desde los 24 millones al año que costaba en el 2014 a los 17 que supone ahora, solo cinco años después. Y en este escenario se presenta la oportunidad de realizar una compra directa de la energía. Como otras localidades, como Avilés -desde el 2014-, que le ha conllevado ahorros del 20% al 30%, igual que Canfranc, en Aragón, o Rivas Vaciamadrid.