Zaragoza lidera un proyecto europeo de desarrollo de tecnologías de carga de vehículos eléctricos para que la recarga sea más sencilla y rápida. El programa supone una inversión en cuatro años de 2,7 millones para la capital aragonesa, de los que 1,67 están subvencionados por Europa, y que la convertirán en pionera en el diseño de dos programas de carga inductiva para taxis y cargadores de bajo coste para patinetes, bicis y motos eléctricas en los que ya han empezado a trabajar en la Fundación Circe y que estarán operativos a finales del 2022.

Forma parte del proyecto Incit, liderado por Renault, cuyo presupuesto total asciende a 18,6 millones y en el que también participan Paris, Versalles, Turín y Tallín junto a empresas de fabricantes de coches, de infraestructuras de carreteras, de innovación, transporte, tecnología y distribuidoras de eléctricas. Enmarcado en el programa europeo Horizon 2020 y dentro de las nuevas políticas europeas para la innovación tecnológica, tiene un doble objetivo: desarrollar tecnologías de carga de vehículos eléctricos y trabajar de forma paralela en mejorar la percepción de los usuarios de la movilidad eléctrica para tratar de fomentar su compra y su uso.

ROMPIENDO TÓPICOS

«Uno de los principales miedos es que el coche se quede sin batería», explicó el director general del Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos (Circe), Andrés Llombart. Para salvar este recelo, desde la institución ya están trabajando en desarrollar unos puntos de carga inductiva fijos (sin necesidad de tener que conectarse) y unas baterías más pequeñas, ligeras y baratas que permitan que la recarga eléctrica del vehículo sea más rápida. Este proyecto está pensado para aprovechar «la carga de oportunidad», es decir, para lo que llaman «flotas cautivas», rutas que siempre realizan el mismo recorrido como la del transporte urbano, o «semi-cautiva» como la de los taxis.

La prueba piloto se va a centrar en el sector del taxi de Zaragoza. Está previsto que a finales del 2022 se instale en la estación de Delicias un sistema de carga de oportunidad eléctrica solo para este servicio público. A su vez, estos vehículos tendrán que llevar una batería específica y un sistema de inducción. Está previsto que lleguen dos con estas características desde Francia, donde se están diseñando.

Llombart explicó que se ha elegido este lugar para hacer la demostración para que su impacto sea mayor, ya que por la intermodal pasan un sinfín de personas a diario. Servirá para testar el tiempo real que necesita el coche para cargarse y el rendimiento. La siguiente fase del proyecto pasaría por diseñar un sistema completo con múltiples instalaciones de recarga que pueda ser utilizado por servicios públicos. Por ejemplo, según Llombart, esta tecnología permitiría disponer de flotas de autobuses 100% eléctricos que utilizarían baterías con una autonomía para recorrer menos kilómetros, pero sí los suficientes como para llegar a la siguiente parada, donde habría un sistema por inducción que, mientras suben y bajan los pasajeros, cargaría el vehículo.

Por otro lado, en Circe también trabajan en diseñar cargadores de bajo coste (quieren reducirlo hasta en un 35%) y media potencia para vehículos eléctricos, además de bicis y patinetes. Este se instalaría en el Test Área del Mobility City, en la Expo, y también permitiría el «intercambio de energía» entre vehículos, fuentes de generación de renovables o baterías. En este caso, el reto pasa por elaborar un sistema intermodal. La concejala de Movilidad, Natalia Chueca, destacó la importancia de que Zaragoza forme parte de estos programas impulsados desde Europa. Además de porque supondrá un impulso para la propia ciudad hacía la movilidad del futuro, porque significará de una importante recepción de intangibles como el conocimiento y la innovación.