Día de reencuentro en el recinto de la Expo. La Torre del Agua abría ayer sus puertas para que Zaragoza volviera a darle la bienvenida, cinco años después, a la escultura Splash en las primeras visitas guiadas gratuitas que se ofrecerán hasta el próximo 12 de octubre a los ciudadanos que deseen contemplarla. En el 2009 fue desmontada pero los primeros participantes recordaban ayer que ellos llevan uno más sin verla y en sus recuerdos, ahora borrosos de esa muestra internacional del 2008, estaba la enorme gota de agua de 23 metros de altura explotando en el vacío del edificio diseñado por Enrique de Teresa. Y allí estaba, como si nada hubiera pasado, con un traslado que nunca se debió producir y más de 120.000 euros de coste adicional para devolverlo al lugar para el que fue creado.

La respuesta que ha dado la ciudad no puede ser más contundente: "más de 500 personas han reservado ya" para verla en una de las visitas guiadas gratuitas que se ofrecen, en grupos de 20 personas y tres veces al día pero solo los fines de semana y festivos. "Este fin de semana está completo y el próximo también, e incluso ya empieza a haber algún turno lleno de octubre, así que la gente que esté interesada debe darse prisa", explicaba ayer Teresa Alós, directora de la Torre del Agua, quien indicó además que "no se contempla de momento" ampliar horarios, días o calendario. "A partir de octubre veremos", añadía, al tiempo que recordaba que "hay un proyecto bastante avanzado para la planta cero" y "también hacer algo en la cubierta y en la planta 23 (el mirador)".

Pero de futuro no se les podía avanzar mucho a los visitantes a la Torre del Agua, pese a que pedían darle "algún uso", "para exposiciones o lo que sea, porque una obra maestra no está hecha para estar empaquetada". Así lo apuntaba Alfonso, un zaragozano que acudía ayer junto a su hijo Alenjadro, "porque en la Expo él tenía solo cuatro años". Para Adriana, por ejemplo , era todo un descubrimiento, porque "nació un año después" de aquel 2008, explicaban sus padres, Chema y Silvia, quienes destacaban lo "entrañable" del Splash. "Es el alma de la Torre del Agua", destacaba Adrián, otro zaragozano presente en la visita de ayer.