Para que Zaragoza tenga presupuestos este año la Virgen del Pilar tiene que obrar el milagro del siglo XXI. La decisión del Ministerio de Hacienda de computar 189 millones de deuda del tranvía en la contabilidad municipal hace imposible que se aprueben tal y como están diseñados porque el proyecto de presupuestos del Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) se ha quedado obsoleto. Una resolución que deja temblando al consistorio que, después de muchos años con el agua al cuello, empezaba a ver la luz. Y, en este caso, la luz significa tener dinero para invertirlo en la ciudad.

Mientras ZeC y PSOE se atacan y acusan mutuamente (el origen de la deuda es de la época del socialista Belloch) y el PP aprovecha para sacar tajada (electoral) disparando contra los socialistas por «su mala gestión» en el pasado, Zaragoza ha pasado de querer pedir un préstamo de 31 millones para invertirlo en vivienda a no poder hacerlo y, encima, ha sumado 189 millones de deuda. Casi nada.

La solución es difícil, pero no pasa por caer en la bronca habitual del consistorio, que es lo que parece que va a suceder, salvo que se produzca (también) un milagro. Teniendo en cuenta que todos los partidos están en precampaña la batalla dialéctica puede ser un infierno. El responsable de las arcas públicas, Fernando Rivarés, tiene que pensar qué hace este viernes, cuando está previsto que se celebre la primera votación de apoyo a las cuentas en la comisión de Economía. El desenlace parece obvio. Si se vota, el proyecto de presupuestos caerá por su propio peso, porque 189 millones de deuda son difíciles de sostener. Así que parece que solo tiene dos opciones: retirarlo, como le han solicitado desde el PSOE y Cs, o asumir la derrota a dos meses de las elecciones. Una imagen que siempre hace daño aunque ZeC no tenga nada que ver, porque este asunto le ha explotado en las manos después de llevar años en el limbo.

El próximo Gobierno tendrá que hacer malabares porque esta losa se arrastrará durante 23 años. El cabreo de Rivarés parece justificado teniendo en cuenta el momento elegido por el Gobierno de Pedro Sánchez para anunciar la decisión. Una coincidencia que le viene de lujo al PSOE en el ayuntamiento para no tener que apoyar los presupuestos ni tener que dar explicaciones sobre por qué no lo ha hecho. Si obra el milagro, quizá Hacienda decida aplicar el acuerdo verbal alcanzado el 8 de noviembre en Madrid. Ese que decía que el consistorio solo tendría que asumir 84,3 millones por la subvención del billete. Rivarés decía que se trata de una «decisión política». Puede ser eso o, que quizá, las palabras se las lleva el viento.