Zaragoza se convirtió con la puesta en marcha de Puerto Venecia -la mayor área comercial y de ocio del país- en la ciudad española con mayor concentración de centros y superficies de este tipo por habitante. Una situación que podría incrementarse todavía más con la puesta en marcha del proyecto Torre Village. Y una circunstancia que no ha pasado desapercibida a las bandas especializadas en los hurtos en el interior de establecimientos, que ven en la capital aragonesa un lugar de destino cuando anteriormente era tan solo de paso. La veintena de detenciones en menos de dos meses así lo corrobora.

Para controlar y mitigar los efectos de este tipo de delincuencia, el Subgrupo de Hurtos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón cuenta con un programa que denomina Red Azul con el que ha intensificado notablemente sus contactos con las empresas de seguridad destinadas a la vigilancia de estas grandes áreas. Una colaboración que para el subinspector de Hurtos, Marco Pérez, es «muy importante», ya que, por ejemplo, «se ha conseguido interceptar a cuatro grupos itinerantes desplazados hasta la capital aragonesa con la idea de llevar a cabo este tipo de delitos». Una de estas organizaciones criminales se hizo con un botín de 4.000 euros, si bien todo el material sustraído pudo devolverse a sus propietarios, señala el agente a EL PERIÓDICO.

OBJETIVO / El subinspector Pérez explica que el punto de mira de estos ladrones se centra en el material informático. «Vienen de Madrid o Barcelona, donde tienen sus residencias y sus centros de operaciones, dan el golpe y se van rápidamente con sus coches», apunta.

Una característica que la Policía destaca de este tipo de ladrón es su nivel de especialización, bien sea por el producto a robar o por saber cómo hacer frente a los sistemas de seguridad de determinadas marcas.

Su modus operandi es siempre el mismo y está generalizado en todas las bandas, afirma Pérez, quien asevera que suelen ser grupos de cuatro personas que viajan con un vehículo, en muchas ocasiones de alquiler, que estacionan en los aparcamientos de los centros comerciales y, tras ello, entran a las tiendas, repartiéndose las funciones de vigilancia y la propia del hurto. Tras dar el golpe abandonan la ciudad. La particularidad de que sean itinerantes hace que el Subgrupo de Hurtos haga una vigilancia especial en los turismos que acceden a la ciudad y a los propios establecimientos comerciales.

Paralelamente, la Policía mantiene abierta una línea de investigación centrada en localizar los objetos robados y la salida que se les da en el mercado negro, especialmente, a través de aplicaciones de compra-venta online y de teléfonos móviles.