La convivencia entre el peatón y el ciclista en Zaragoza siempre ha ofrecido numerosas dificultades desde la aprobación de la ordenanza municipal que ahora ha desautorizado el Tribunal Supremo. Pero la estadística de la siniestralidad relacionada con la movilidad no demuestra un incremento que sea acorde con el boom que ha tenido la bicicleta como medio de transporte en la capital aragonesa. La última, la que deja el año pasado, con 220 accidentes con 11 heridos graves acumulados.

Esto es lo que dicen las cifras que, de forma provisional, maneja el ayuntamiento, unos datos que suponen un incremento del 146% en los últimos ocho años. Un aumento espectacular si no fuera porque, en ese mismo periodo, el uso de la bicicleta se ha multiplicado por diez. En el 2006 se hablaba de 8.000 desplazamientos diarios y ahora son ya más de 80.000. Aunque también entonces eran solo 92 los accidentes y cuatro los heridos graves contabilizados.

En la evolución de estos ocho años, hay dos hitos que contribuyen a entender el porqué de la estadística y de este incremento de la siniestralidad. El primero, la puesta en servicio del Bizi en el 2008, que hizo que el número de accidentes registrados pasara a ser de 116 en ese primer ejercicio, aunque el número de heridos de gravedad era el mismo que en el 2006, cuatro.

El segundo, la ordenanza de la bicicleta que abría las aceras de más de cuatro metros de anchura a los ciclistas, la polémica convivencia con el peatón que el reglamento de circulación no contemplaba. Fue en el 2009 y ese año se cerró con 140 siniestros y el doble de heridos graves que en el 2008, ocho.

Un año más tarde, en el 2010, la cifra se elevó a 146 y los heridos graves ya fueron doce, el triple que en el 2006 y el 2008, y cuatro más que desde que entró en vigor la ordenanza. Este fue, de largo, el peor año de los últimos ocho, ya que se añadieron a la estadística las dos personas que fallecieron (una en Garrapinillos al caer a una acequia y otra en la avenida de la Ilustración tras perder el ciclista el equilibrio). El 2013 ya representó el doble que el año del estreno del Bizi y un 57% más que el 2009, cuando entró en vigor la polémica ordenanza.