El taxi adaptado en Zaragoza está, literalmente, rompiendo todos los registros y en pleno de despegue hacia un futuro inmediato todavía más prometedor. El traslado puerta a puerta en la ciudad para personas con movilidad reducida depende del número de coches que existan y en los últimos años estos han crecido rápidamente y con ellos la demanda de quienes los usan, que está en cifras más que relevantes. De la mano de las ayudas municipales, que financian con hasta 8.000 euros la adaptación de estos turismos (hay 180.000 euros en el presupuesto), la capital aragonesa ha logrado superar hoy los 85 vehículos a disposición de una clientela fija de 651 clientes habituales.

Y es motivo de celebración porque se ha convertido en una de las primeras ciudades españolas en alcanzar la ratio que desde el 2017 la ley marcaba. Esta impuso a todas la obligación de que el 5% de la flota de taxis en circulación fueran adaptados y ahora no solo prevé alcanzar a 90 en las próximas semanas sino que prevén «llegar a los 110» durante el próximo 2020.

Son cifras que llevan a Zaragoza a un lugar de privilegio en cuanto al cumplimiento de la ley que se traduce en una demanda que crece de forma exponencial. El presidente de la Cooperativa de Taxis (aglutina 1.777 licencias en Zaragoza), Jesús Gayán, explicó a este diario que hay actualmente «651 usuarios» que utilizan habitualmente el servicio de taxi accesible. Este se puso en funcionamiento a través de un convenio con Disminuidos Físicos de Aragón (DFA) y el Ayuntamiento de Zaragoza.

Ahora cumple cinco años, se estrenó en el 2014 de la mano de la socialista Carmen Dueso, y actualmente está a punto de acabar el 2019 con «más de 80.000 desplazamientos realizados», una media de 122 por beneficiario, y «200 personas en lista de espera y con todos los requisitos cumplidos y validados por DFA». Es decir, la cifra de usuarios podría ser ya de 850 pero no hay taxis suficientes.

El secreto del éxito de esta iniciativa parece estar en los hasta 8.000 euros que el ayuntamiento destina a ayudar a los taxistas que dan el paso de adaptar sus vehículos para poder llevar a personas con movilidad reducida. Un porcentaje muy alto para una inversión que para estos profesionales del sector supone entre 12.000 y 40.000 euros en función del turismo a adaptar. Y eso que últimamente, la apuesta de muchos de ellos pasa por los más caros, no por capricho sino por los nuevos modelos eléctricos o híbridos que, de paso, economiza sus gastos ordinarios de mantenimiento.

Con todo, el servicio puerta a puerta del taxi accesible resulta más económico en cuanto a costes de operación que el tradicional bus amarillo de Avanza para personas de movilidad reducida (PMRS). Este viene a salir por unos 20 euros por desplazamiento de cada usuario, mientras en taxi viene a costar «en torno a 8,95 euros», menos de la mitad. Así que parece inevitable abrir el debate de revisar el modelo de servicio que se presta. Pero el Gobierno PP-Cs, consultado por este diario, se negó incluso a facilitar los datos oficiales.