El Ayuntamiento de Zaragoza "trabaja para reducir los límites de contaminación atmosférica de cara al 2010 y poder cumplir con los parámetros, mucho más restrictivos, que regirán en Europa a partir de esa fecha", aseguró ayer la concejal de Medio Ambiente, Lola Campos. La advertencia de la Comisión Europea, del pasado mes de julio, instando a la capital aragonesa a rebajar su elevada concentración de dióxido de carbono (CO2) y partículas, ha obligado al consistorio a estudiar una serie de medidas. Sin embargo, ni siquiera están definidos los objetivos concretos.

La puesta en marcha del futuro tranvía, la edificación de viviendas con criterios bioclimáticos --como lo es Valdespartera-- o las posibles ayudas para la sustitución paulatina de las calderas domésticas son algunas de estas propuestas, todavía no definidas, para rebajar las emisiones de los gases de efecto invernadero.

Estas actuaciones fueron reveladas en el taller que la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) ha organizado durante tres días en Zaragoza para impulsar las Agendas 21 Locales, y que ayer clausuró el director general de Calidad Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente, Jaime Alejandre. Unas jornadas en las que han participado 70 expertos, técnicos y concejales de distintas localidades.

CIUDAD SOSTENIBLE Para que Zaragoza se convierta en una ciudad sostenible, el consistorio se ha comprometido con dos programas para reducir el consumo de agua y las emisiones de dióxido de carbono. En el primero, la actuación irá encaminada a que el consumo de agua no exceda los 65 hectómetros cúbicos anuales, siendo el actual de 71,68. Y para ello se modernizarán tuberías, depósitos de agua y se controlará el gato de los edificios públicos.

El segundo reto es la reducción del CO2 en la atmósfera, proveniente en su mayoría del transporte urbano y de las calefacciones de carbón. De ahí que sean fundamentales las decisiones referentes a la movilidad urbana.

El representante ministerial anunció ayer un acuerdo marco con la FEMP sobre sostenibilidad urbana por el que se concederán un millón de euros para un programa de sensibilización y otros 36.000 para un estudio que determine una normativa local sobre la Agenda 21.

Zaragoza formará parte de este proyecto, que se ampliará en el 2005. De hecho, la capital aragonesa es, según Jaime Alejandre, una "pieza básica en la Red de Ciudades por el Clima" que se está creando.